Leticia Nieto
[Huasteca Hoy]
A sus 78 años de edad, doña Margarita Hernández, vecina de la colonia “El Gavilán”, es una de las miles de las abuelitas que viven rodeada de familia, pero “sola”, pues aunque hijos, nietas y bisnietas la visitan cada domingo y les prepara la comida que a ellos les gusta, sólo acuden, comen y se dedican a estar en el teléfono, sin preguntar si quiera cómo se encuentra o qué quisiera hacer.
Originaria de la comunidad de Tampaxal Aquismón, tierra que sólo ha visitado de manera esporádica como hace dos años cuando murió uno de sus hermanos, doña Margarita señala que aunque vive con dos de sus hijos solteros a quienes aún les plancha, les lava la ropa y les hace la comida, le gustaría tener más tiempo en familia, “no quiero que me lleven a pasear, ni regalos, vivo humildemente pero bien, lo único que quiero es estar en mi casa platicando con todos, pero aunque llegan los domingos, sólo están con el teléfono o platicando entre ellos, conmigo no hablan, yo les preparo desde temprano la comida, lo que les gusta a ellos, pollito con chile, o algún otro guisado con frijolitos y arroz dicen que les gusta mucho mi arroz, pero no platican conmigo”.
Aunque es ágil a pesar de su edad y se dice fuerte para seguir apoyando a sus hijos solteros, Margarita Hernández quiere disfrutar su vida a plenitud y este miércoles por la mañana no fue la excepción, hizo los quehaceres en casa y tomó un autobús urbano para llegar puntual a la Catedral donde se oficiaría una misa de acción de gracias por el Día del Abuelo, “nadie me felicitó en la casa, a lo mejor no saben que es Día de la abuelita, pero aquí estoy dándole gracias a Dios por mi familia, voy a ir también a la comida, lo haré sola porque nadie de la colonia llegó, y me apuro para llegar a la casa y atender a mis hijos, así es siempre y así va a ser”.
