Verónica Galván
[Huasteca Hoy]
“La labor de un bombero es difícil y peligrosa, pero cuando te apasiona lo que haces disfrutas tu trabajo y la satisfacción más grande es cuando ayudas a salvar vidas”, señaló Erick Montoy Martínez, quien tiene 13 años trabajando como bombero.
Lo más impresionante que le ha tocado apagar, es el incendio del mercado de Tamazunchale porque no se daban abasto; otro de los siniestros más grandes que le tocó fue en los incendios de 2013 donde estuvieron más de una semana trabajando y en todo lugar de la ciudad había contingencia.
“Los bomberos ganamos poquito, recibimos una compensación del patronato y a pesar de todo esto los que estamos aquí estamos porque nos gusta esta labor, a mí me apasiona y aunque a mi familia en un principio no quería que fuera bombero porque no estamos bien pagados y por los riesgos que implica, al final lo aceptaron y saben que es mi decisión y me están apoyando”.
Saliendo de casa siempre nos despedimos de nuestra familia, pero no sabemos si vamos a regresar, a veces nos deshidratamos o se nos acaba el agua, por eso nos recomiendan rehidratarnos dentro de la emergencia y al final.
“Hasta el momento no he visto morir a ningún compañero en el área de trabajo y no me gustaría, pero lo más triste que me ha tocado ver es a los prensados en accidentes automovilistas; el que me impactó más hace varios años fue un menor que murió aplastado por una camioneta, es ahí donde valoramos la vida, tenemos que hacer el trabajo, tenemos que ser fuertes y más quienes tenemos hijos porque ver a un niño en esas condiciones nos conmueve y nos hace reflexionar”.
