Sábado 18 de Mayo de 2024

Bitácora

Aunque el secretario general del PRI en Valles insistió que la votación del PRI había sido copiosa y todo un éxito, al menos en Valles, en la realidad se vio poca participación y casi ningún interés por la decisión de elegir a Alejandro Moreno, Ivonne Ortega y Lorena Piñón, en la que según esto estaban esperando la participación de nueve mil militantes (que es una cifra que no han demostrado con papelería en mano) y a la cual se habría acercado gente que no está empadronada, pero que quería participar.

Lo más triste del asunto para el PRI es que en esta ocasión se vio (al menos en la Huasteca) un completo desinterés sobre la elección de los nuevos jerarcas y hasta los medios de comunicación nacionales siguieron como de soslayo los dimes y diretes de los candidatos, en este caso, de los dos más conocidos, como “Alyto” Moreno y la exgobernadora yucateca, Ivonne Ortega que se la pasó diciendo que había dados cargados a favor del primero, compra de votos y muchas cosas que suceden en las elecciones internas de un partido, ah, pero con todo y las quejas no declinó ni renunció, porque quién quita es chicle y pega.

El PRI se ha mantenido como el partido que es, ni de izquierda ni de derecha, sino de un centro-izquierda, como ellos mismos se denominan, porque ni se han convertido en una oposición reacia al presidente de la República, ni se han decantado por ser la oposición feroz a la que aspira el PAN, sin lograrlo, claro, por la tremenda torpeza de sus  dirigentes y esa vacilación del partido que todavía está en manos de Claudia Ruiz Massieu desanimó al priismo que queda en el país, como base, claro, porque los priistas de cepa, que han estado en el poder, ésos ahora negocian hasta con el diablo para buscar posiciones.

Entonces, el PRI de pronto se convirtió en un fantasma de sí mismo, ya que Ruiz Massieu no fue clara al momento de negar tajantemente que hubiera una injerencia del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que parece no tener mucho interés en el proceso, pero que tiene planes para contar al priismo de su lado, con miras al 2021 y la militancia que antes denostó al mandatario, ahora siente que el priismo no ha sido lo suficientemente duro contra su contrincante y exmilitante.

Lo cierto es que parece que no habrá de otra, sino que la nueva dirigencia haga acuerdos con el poder, como ha hecho antaño, cuando ha perdido posiciones, de lo contrario, tendrán que acudir a la recomposición total del instituto político y hasta el cambio de siglas propuesto hace muchos meses por la misma Ruiz Massieu, luego del chasco de José Antonio Meade y al fracaso total de la renovación priista con el sexenio de Enrique Peña Nieto que colmó al Gobierno de la más abyecta corrupción.

Nadie debería hablar de la muerte del PRI, porque es un animal político perfecto. Pero de que se tiene que componer con una dolorosa cirugía plástica y un trasplante de conciencia, lo tiene que hacer.