Viernes 10 de Mayo de 2024

Bitácora

No fueron 150 ni 90, sino 40 los que dieron de baja del Ayuntamiento oficialmente desde este lunes, aunque ya habían dado aviso del cese desde la semana pasada a todos los que se irán y que tienen entre 10 y 15 años de trabajar en oficinas diversas del Gobierno municipal.

Ahora se tendrá que saber bajo qué esquema de separación del puesto se le dio de baja a los 40, porque tras años de servicio, acumularon todo tipo de derechos laborales que, en la práctica son inalienables, aunque a las autoridades en turno no les guste pensar en liquidaciones al 100 por ciento y eso podría comenzar una oleada o cascada de demandas laborales contra la casa de Gobierno que saldría, como dice el viejo adagio, “más caro el caldo que las albóndigas”.

Aunque la medida es para ahorrar dinero de nómina, que proviene del Ramo 28 e indudablemente es una iniciativa buena para las finanzas locales, ha habido descontento no sólo de los cesados, sino de los que se quedan en las oficinas, porque opinan que están dando de baja a mucha gente que sí trabaja y conoce el campo de acción de las áreas laborales que le tocan.

Sin embargo, el Ayuntamiento ha rectificado estos despidos, en algunos casos, en los que la persona no sólo es necesaria en el departamento, sino que tiene un conocimiento total de las actividades del área donde se desempeñaba, por eso, luego de que habían dado de baja, después de años y años de servicio a Rosario Díaz, de la dirección Turismo, la reinstalaron con el típico usted disculpe.

La directora de Recursos Humanos, para no ver caras ahora que fue el cese oficial de muchos, se fue para San Luis Potosí, durante esta jornada.

Una intriga bastante peculiar se desató en el área de Recursos Humanos y de la Oficialía Mayor, dado que dos muchachos que llegaron a colaborar a la dirección de Comercio y a Protección Civil como becarios del programa federal, “Jóvenes Construyendo el Futuro”, aparentemente fueron “hackeados” en sus correos oficiales que les proporcionó Bienestar y, la madrugada del 15 de julio pasado, “alguien” los habría dado de baja del programa, no ellos, como aseguran, totalmente azorados.

El problema es que al darse de baja esos correos, automáticamente salen del programa y no se le puede volver a ocupar, porque el Gobierno ya no es responsable de quien causa baja, hayan sido ellos mismos o “hackers” que accedieron a sus cuentas maliciosamente.

El asunto es que en el caso de la dirección de Comercio, el joven que ya no es becario, ayudó tanto que están pensando seriamente contratarlo en el Ayuntamiento para que se quede a colaborar, cosa que entonces le cuesta al erario vallense y genera otras condiciones.

Se supone que los correos son de uso personal e intransferible y que es muy raro que alguien dé de baja a dos muchachos que quieren la beca de 3 mil 600 al mes de Bienestar, porque no ganaría nada con la operación, pero el caso es que ahora hay una nueva contratación en el Ayuntamiento, en lugar de un becario.