ANDRÉS Manuel López Obrador celebrará un año de haber ganado las elecciones, este 1 de julio, que cae en lunes, pero, como todo buen presidente (no importa el color, of course), tiene que llevar el acarreo que le garantice el lleno total, porque quizá algunos de sus entusiastas, ya no estén tan emocionados con su gestión y por eso, aunque no cerrarán las oficinas de la delegación federal en la Huasteca y de la Secretaría del Bienestar, muchos fans que ahora tienen chamba gracias al mandatario, irán a festejar con todo ruido y pasión la entrada al poder de AMLO…
LO que sería interesante preguntar es, ¿qué irá a festejar? ¿Tener el peor inicio de sexenio en materia de seguridad, con 17 mil 500 homicidios dolosos, o sea un promedio de 96 muertos a balazos, machetazos, o tortura, en todo el territorio nacional?…
¿IRÁ a celebrar que un juzgado del centro del país le espetó que no está bien el plan del aeropuerto de Santa Lucía y de que el de Texcoco quizá siempre sí era viable? ¿Va a festejar que, según el propio IMSS, las cifras de creación de empleo formal bajaron un 88 por ciento? En el mismo tenor, ¿va a festejar que no hay inversión directa del Gobierno? Es decir, que no hay circulante en casi todo el territorio nacional porque se la ha pasado rasurando dependencias, pero se le ha olvidado incentivar la inversión en obras y acciones para que se generen empleos y gasto en todo el territorio…
ES una incógnita. Porque de que todo mundo se enteró de que ganó, eso es un hecho y, aunque haya dicho hace unos días que no era tan complicado gobernar, a México le hace falta un presidente, no la triste continuación de un hombre que, aún teniendo el poder, sigue en campaña, prometiendo, dejando para mañana los datos y los compromisos y ostentando un país que no está bien, por más que él tenga otros datos…
EL asunto es que las cortesanas de su Gobierno, que renunciaron a pensar hace mucho, de seguro irán a refrendarle su amor, su fe, su compromiso ineludible, pero aprovechando el viaje a México, deberían pedirle unas cuantas cuentas, porque al final del día, los que adoran a AMLO, también son mexicanos que comen, que duermen, que sufren y que le temen a la delincuencia desbocada por la falta de dinero circulante en el país…
EL atentado contra un par de vehículos de un medio de comunicación digital movió a muchos funcionarios estatales a comenzar investigaciones, dado que además de que se le prendió fuego a las camionetas de la empresa EMSA, se dejó una cartulina con un mensaje de amenaza no para el propietario de la empresa, Samuel Roa Botello, sino para personas que pertenecen a familias de la Huasteca potosina…
LA exigencia obvia que este medio y todos los demás de la zona y de la entidad es que se esclarezcan los hechos y que haya una consecución del delito, para que se pueda dar con los responsables, porque un delito en contra de la libertad de expresión, puede multiplicarse y expandirse a los demás medios y a sus actores.
