Sábado 18 de Mayo de 2024

El caso se convirtió en parteaguas para la ASE: R. Cervantes

Leonel Mora

[Huasteca Hoy]

Para la Auditoría Superior del Estado (ASE), el caso de la “ecuación corrupta” marcó un antes y un después en la historia de la institución, convirtiéndose en un parteaguas que se tradujo en un aprendizaje sumamente difícil que, al final, permitió replantear la estructura y funcionamiento del órgano fiscalizador.

Rocío Cervantes Salgado, actual titular de la Auditoría, recuerda que “para todos los que llevamos mucho tiempo en la institución, esto fue algo que nos marcó. Ya habíamos vivido algunos cambios, pero éstos siempre fueron en el afán de mejorar a la dependencia”.

Señala que el momento en que se revela la red de extorsión por parte de legisladores estatales, “fue como un derrumbe de la Auditoría; así lo vimos. Fuimos señalados como corruptos a pesar de que no todos estábamos inmersos, pero las circunstancias hicieron que en ese entonces todo se contaminara”.

El caso resonó a nivel nacional y atrajo la atención de la Auditoría Superior de la Federación, lo que obligó a replantear a la ASE como una fortaleza y no como una debilidad del esquema que fiscalización en San Luis Potosí

“Hubo mucho apoyo tanto estatal como federal para mejorar nuestros procedimientos, nuestros esquemas de control, realizamos las reestructuraciones necesarias, mejoramos nuestro marco jurídico. Hubo cambios en la Ley para que hubiera mayor profesionalismo y vigilancia de los procedimientos”, narró la funcionaria.

“Pasamos por muchas revisiones internas y externas. Al final hubo frutos: Me nombraron coordinadora regional de auditorías de varios estados, señal de una nueva credibilidad en la institución.

“Se despidió a las personas relacionadas con el caso de la ecuación, otros renunciaron. Hicimos ajustes porque se destaparon más cosas, se presentaron denuncias, limpiamos lo que estaba mal y se aplicaron controles más fuertes.

“Algo importante fue comunicar al exterior la forma en que trabajamos, para evitar que nos juzgaran por no saber. Informamos cuándo inician las auditorías, qué se hace en ellas. También mejoramos la comunicación con el Legislativo por medio de la Comisión de Vigilancia y nos dejaron trabajar para que la Auditoría se reestructurara sola”.

Cervantes Salgado reiteró que la “ecuación corrupta” fue un aprendizaje difícil pero positivo al final: “Los que quedamos le tenemos un amor muy grande a la institución y lo que menos queremos en verla nuevamente en una situación como la que se vivió hace dos años”.