Jaime Hernández
[Huasteca Hoy]
La percepción de los agentes policiacos estatales sobre los problemas que enfrentan sus corporaciones es que algunos, como la infiltración del crimen organizado en las dependencias y la corrupción, han crecido en los últimos dos años, según un sondeo realizado por el Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública (SECESP).
Lo anterior se refleja en el apartado “Problemas del trabajo” de la Encuesta Institucional 2018, elaborado por la dependencia para conocer los alcances y efectos de la inversión del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) el año pasado.
El ejercicio se realizó con 635 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, la Policía Ministerial y custodios penitenciarios.
El apartado se refiere a conductas o hechos que entorpecen, inhiben o impiden la adecuada acción de sus labores.
En esa sección aparece un comparativo sobre los resultados de los sondeos realizados entre 2016 y 2018. Invariablemente, en los nueve reactivos, se observa un incremento en la percepción de la existencia de problemas en las corporaciones.
Así, los elementos que señalan que el crimen organizado se infiltró en las corporaciones crecieron de 20 a 26 por ciento en el mismo lapso.
Los que creen que existe corrupción de malos elementos policiales y de custodia se elevaron de 34 por ciento a 46 por ciento en tres años.
Por otro lado, el porcentaje de los encuestados que afirma que existe maltrato e intimidación por parte de los superiores se elevó de 31% a 50 por ciento en tres años.
La convivencia también parece haberse deteriorado en este periodo, pues mientras que en 2016, el 27% percibía conflictos personales entre elementos, para 2018, aumentaron a 42 por ciento.
Los que apreciaron el crecimiento de negligencia en la actuación de los elementos aumentaron del 32 por ciento al 41%.
La percepción de incremento de conductas negativas más graves, están relacionadas con la actuación de los mandos.
La idea de que falta de liderazgo creció entre los elementos de las corporaciones del 48 por ciento al 61 por ciento, mientras que la ausencia de organización la percibió en 2016 el 54 por ciento de los agentes sondeados. Tres años después, llegó al 66%.
