Domingo 19 de Mayo de 2024

Bitácora

Pues viendo las cosas así como están ahorita y como se irán desarrollando en los ulteriores días, el PRI comenzó a bostezar de nuevo, porque sabe que recuperará muchas posiciones de poder perdidas en el 2021, dado el desempeño de morenistas, independientes y de otros. Por ejemplo, uno de los que ya está como asegurando el puesto de candidato a la alcaldía es el mismo Juan José Ortiz Azuara, sí, el que ya fue dos veces presidente municipal.

Algunos andan poniendo el grito en el cielo, pero cuando ven quiénes son los nombres que andan sonando para la próxima: Marco Antonio Guillén (por MORENA o por vía independiente y por decisión propia), Guadalupe Contreras Pérez, quien después de estropear los proyectos del actual Gobierno ahí anda de coqueto otra vez con el PRI; Rosalucía Cervantes Zúñiga, que es quizá la morenista más recalcitrante que existe en el noreste del país, pues mucha gente dice, “ok, Juan José está bien”.

La cosa no está fácil, porque aunque muchos están vaticinando lo peor para el alcalde independiente, Adrián Esper Cárdenas, todavía tiene mucho tiempo de corregir el rumbo y no se sabe a quién vaya a impulsar para que sea quien le suceda y siga con sus proyectos, nada más que lo que se ha visto es que tiene mucha carga sobre sus hombros que ya se pasó de zalamera y de inservible, como algunos asesores o como algunos colaboradores que ni siquiera lo dejan maniobrar o negociar, con sus “consejos”, salidos de un espíritu cortesano que no ayuda, sino que perjudica.

Juan José Ortiz es un viejo lobo de mar que puede convencer a alguien de que AMLO no es buen presidente o de que Game of Thrones es una mala serie, pero no porque sea  un diablo manipulador, -que sí lo es-, sino porque sabe cómo pulsa el pueblo y cómo arreglar algunas cosas, pero, ojo, es una especulación, para el 2021 falta mucho tiempo, mucho espacio…y coincidir.

Precisamente en estos instantes está revisando Gary Pérez, el abogado de la DAPAS en contra del movimiento huelguista que lleva siete meses de paro, cómo se puede configurar una extinción del organismo operador, dado que el organismo simplemente fue devastado (hasta su extinción, así como el rinoceronte africano) por toooodas las administraciones pasadas y ahora que el Sindicato quiere las prebendas de siempre y que son muchas, pues la DAPAS está pobre y sin nada que dar, como el divo de Juárez, por eso y por muchas otras cosas más, ven a mi casa esta Navidad, no, no, eso no, por eso y muchas otras cosas más, se están estudiando los pormenores legales de la extinción, cosa que suena difícil, por no decir imposible.

Porque, en dado caso de que se pudieran conseguir los votos suficientes en el Congreso del estado para extinguirla, el caldo saldría más caro que as albóndigas, porque pues la extinción conlleva también un compromiso de pago a los trabajadores a los que, nomás de pasadita, por siete meses de huelga legal, ya les deben arriba de 10 millones de pesos (no los 14 millones que decía Ballesteros) pero sí una buena lana.

Esto va para largo.