Domingo 19 de Mayo de 2024

Bitácora

Una pregunta: ¿por qué Conagua permite que se exploten de manera indiscriminada y sin ninguna protección al medio ambiente y a los recursos hídricos los ríos y parajes de la Huasteca, permitiendo que una sarta de beneficiarios abarroten los lugares que próximamente podrían acabarse por completo, a pesar de que paradójicamente comen de las ganancias que les generan?

La Secretaría de Turismo no entiende, porque no le cabe en la cabeza de ninguno de sus funcionarios que el aumento de turistas debe ser proporcional al cuidado de los ríos, las márgenes, la fauna y la flora de los sitios que los turistas vienen a ver maravillados.

Las fotos lo decían todo: marabuntas de visitantes pisando islotes, trepando por las raíces de árboles que retienen el agua donde se bañan, tirando basura a un afluente que ya no tiene los peces que antes presentaba, por la polución que provocan tantos cuerpos humanos sumergiéndose al mismo tiempo. Atención, charolastras del turismo: nadie está en contra de la actividad turística (aunque hoteleros y restauranteros no reinviertan sus ganancias en Valles), sino que se habla de tener una mejor administración del turismo y de la cantidad de  visitantes que entran a un lugar, lo pisan, lo orinan, lo rompen, lo erosionan, lo lastiman.

Los turistas no son los culpables de nada. Ellos vienen y (benditos sean), gastan en estos lugares, pero los beneficiarios de los parajes simplemente están cometiendo el más grave de los pecados, al intentar ganar grandes volúmenes de dinero, ya que no se limitan en cuanto a los que pueden dejar pasar a un paraje, sin que éste comience a presentar daños graves o irreversibles. Los que ganan dinero con el paraje deben pensar en la conservación de las cascadas y de los márgenes de ríos, porque precisamente esas bondades les dan de comer, más lógica no se puede usar.

Pero no: abarrotan, atestan los balnearios, muertos de risa de los billetotes que se están embolsando, pero sin entender que primero está la ecología, porque cuando el estiaje arrecie, habrá corriente en Mico y en las cascadas de El Naranjo o de Tamul, pero subterránea y entonces los turistas dejarán de venir a dejar el dinero que tanta falta le hace a la zona.

Es por sentido común que se debe cuidar el lugar de donde se come. De cualquier manera, Conagua nacional (porque la estatal está de adorno), no tarda en hacer una fiscalización a estos lugares y, si encuentra muchos daños, podría haber sanciones severas que les harán gastar el dineral ganado con tanto turista, si es que no expropian los lugares, con la finalidad de conservarlos y de que no se perjudique la biodiversidad de la zona.

En la Junta de la Gobierno de la DAPAS ha habido muchas discusiones sobre la propuesta que presentó Alejandro Ballesteros, el líder sindical, porque muchos de los de la Junta y del Consejo Consultivo no quieren ver a Ballesteros ni en pintura, solamente que no cuentan con que Adrián Esper trae un nuevo discurso que podría conciliar, por fin, ese relajo de seis meses que no parecía tener final.