La misma cantaleta de siempre con los encargados del Turismo en la delegación y en la Secretaría estatal: no avisan, no están al tanto, no sirven para nada, sino para ir a atestiguar sesiones de consejo o para participar en eventos gubernamentales y de nueva cuenta lo demostraron con el chasco que le hicieron pasar a prestadores de servicios turísticos que iban bien contentos con sus clientes (obviamente visitantes de otras entidades) a admirar las ruinas de Tamtoc y ¡tómala! que estaba cerrado porque los trabajadores del sitio que sí laboran, no como la encargada, Estela Martínez, habían avisado en la semana que iban a cerrar el lugar, hasta que les paguen sus sueldos.
A ver, a ver, a ver, ¿cómo que ya habían avisado? Pues sí. Resulta que los trabajadores dieron a conocer a la administración de Tamtoc que estarían cerrando el lugar para después de que pasara la mamarrachada de la “cargada de energía” de palurdos del equinoccio de primavera, es decir, desde el pasado 20 de marzo se sabía del movimiento laboral de protesta, pero ni a la alcaldesa Grecia Sánchez González, ni al secretario de Turismo, Arturo Esper Sulaimán ni a la encargada de Tamtoc, Estela Martínez les importó y dejaron que las cosas se fueran dando, como Dios quiso y resulta que turistas (muy enojados todos), se quedaron esperando afuera del portón de entrada, trepados en sus autobuses, a pasar para admirar los casi tres mil años de cultura huasteca en el sitio más trabajado de la Huasteca potosina.
La DAPAS determinó que después de tres semanas de haberle cortado el agua a Matilde Hernández Méndez por deber casi cuatro años de recibos del recurso líquido, tenía que clausurarle el drenaje para acabar de una vez con la tarea, pero ándale que cuando estaban dispuestos los trabajadores de la paramunicipal a hacer el corte, después de hacer la excavación, llegaron los hermanos Ballesteros Corona, Alejandro, Ricardo y Sergio, a impedirlo, a la vieja manera del amedrentamiento y de la amenaza, como si el horno estuviera para bollos a estas alturas del partido.
Así es: los tres hermanos, Alejandro con un conflicto desde el pasado 31 de octubre, cuando inició la huelga que no ha podido finiquitarse, porque el alcalde Adrián Esper simplemente no se ha querido sentar a negociar; y los otros dos con conflictos dentro del Ayuntamiento, porque forman parte de la directiva del Sindicato Independiente de Trabajadores del Gobierno municipal y se les separó del cargo, presuntamente sin ninguna explicación, ahora impidieron una acción legal que debió haberse dado desde hace mucho tiempo.
Los Ballesteros como quiera, estaban coadyuvando con la causa de Matilde Hernández, que es la de no querer pagar más de 40 mil pesos de agua, después de pasado 45 meses de atraso y que es motivo de indignación de la ciudadanía, o sea, fíjense qué curioso: Matilde echó a andar a la gente en contra de sí mismo y de los Ballesteros cuando declaró que no pagaría el agua, perdiendo mucho terreno respecto al conflicto en la DAPAS y ahora los más perjudicados de todo esto, ayudan a quien más los perjudicó. Nadie sabe para quién trabaja.
