Sábado 18 de Mayo de 2024

Bitácora

Visto con rigor, el Gobierno actual no ha hecho ni una sola obra de infraestructura en cuatro meses, salvo completar las que estaban pendientes del trienio pasado de Jorge Terán y que, para acabarla de amolar, son obras a las que no se les dejó el recaudo económico para terminarlas.

Pero de cualquier manera, es patente el hecho de que en 120 días, quizá se haya reparado uno que otro bache o una que otra lámpara, pero no se ha mejorado nada en lo que se refiere a calles o avenidas y, encima de todo, el presupuesto del estado dejó al Ayuntamiento con la misma cantidad del año pasado, que son 630 millones de pesos, que significan arriba del 1 por ciento del total del dinero que se destinará para el ejercicio público en todo el estado.

Para poder laborar, antes de que lleguen las participaciones federales y las estatales, el Ayuntamiento tendría que entrar en un esquema de endeudamiento o en la negociación de recursos extraordinarios por un orden de acopio de dinero enorme, ya que las necesidades son muchas y el dinero es escasísimo.

De hecho, aunque terminen en este tiempo las obras planeadas para desde tiempos de Jorge Terán y que se terminarán en unas semanas, como el caso del drenaje pluvial del bulevar México-Laredo, no podrán inaugurarlas, porque son lastres de la administración que debieron resolverse hace mucho y que siguen sin poderse terminar.

La cosa se puso dura y desafortunadamente no estamos intentando alburear a nadie, sino que en realidad Valles y la Huasteca norte se encuentran en una fuerte recesión que a muchos comerciantes les está afectando y que ha minado terriblemente el poder adquisitivo de los ciudadanos de a pie, asalariados, clase media y personas dedicadas a las ventas, que es la segunda fuente de ingresos de la ciudad y todo se debe a Donald J. Trump y el cierre de fronteras que se  ha impuesto por diversos factores, entre ellos, el del cierre de su Gobierno que tenía casi todo el año.

El azúcar no se está exportando por razones de transacciones internacionales y porque, de acuerdo con las centrales cañeras, en exclusiva, la CNC, porque han saturado el mercado nacional, bajando por obvias razones el precio del endulzante y disminuyendo las ganancias de los agricultores que, con éstas, sostienen la economía local.

Pero hay un adeudo de preliquidación y al parecer, la siguiente también se la quedará a deber la industria a los productores del campo y eso ha dado al traste con la liquidez monetaria, porque no hay dinero circulando en la región y eso ha mantenido en un marasmo las ganancias de la ciudadanía que no recupera el dinero que debería surgir del comercio, porque simplemente el comercio se encuentra estático.

Este es uno de los efectos más temidos por los cañeros que solamente están dejando salir la mitad de los tráileres que salen con el azúcar para ser repartidos en el mercado interno y exterior. De hecho, para hacer cuentas claras, cada semana salen ocho tráileres del Ingenio Plan de Ayala, cuatro de ellos se van a la venta nacional y cuatro a la internacional y, por lo pronto solamente están saliendo los que se venden en el extranjero, para que deje de haber abastecimiento suficiente en el país y que suban los precios del azúcar, con miras a que ese aumento le rinda más ganancias a los ingenios y que, a su vez, los cañeros ganen el dinero que después gastan en la economía local. Ojalá que el escenario mejore.