[EFE]
Los Ángeles. – Los “fresas” también lloran. Y se ríen, se enfadan, bailan, festejan y se desesperan. El día a día de la alta sociedad mexicana es la base de “Made in Mexico”, el nuevo programa de telerrealidad de Netflix que se estrena hoy.
Restaurantes y ranchos fabulosos es el escenario para el “reality-show” en el que la élite de la Ciudad de México muestra su acomodada vida y también trata de desmentir tópicos de su posición privilegiada en un país conocido tristemente por grave desigualdad económica.
“Todo lo que pasó es real, todo lo que decimos lo sentimos. Si alguien está llorando es porque lo siente, si alguien se enoja es porque lo siente. Y eso es lo que hace a ‘Made in Mexico’ diferente”, opinó en entrevista “Colu” Díaz, una de las nueve protagonistas.
Otra de las estrellas, Kitzia Mitre, subrayó que “el factor humano fue durísimo”: “No tuvimos temas que fueran tabú, intocables. No teníamos límites, sino al revés: creo que nos abrimos de cosas que estábamos evitando en nuestras vidas personales.
Junto a Roby Checa, ambas matizaron que, aunque la serie muestre la vida sin preocupaciones económicas de los ricos mexicanos, se centra en otro tipo de asuntos. “No creo que el show se enfoque a la élite sino a las emociones, los momentos, los sentimientos y la vulnerabilidad humana”, expresó Díaz. Mitre negó que sean “mantenidos de sus papás” y recalcó que son “trabajadores”.
“Sí venimos de un lugar privilegiado, pero no somos unos ‘júnior’ mantenidos”, afirmó.
Ante una serie que trata los estereotipos e imagen pública de la alta sociedad, la pregunta obligada: ¿se consideran “fresas” los protagonistas de “Made in Mexico”?
“Yo sí, un poco”, dijo Mitre, mientras que Checa rechazó.
“Yo te considero ‘fresísima’. Eres el más ‘papi rey’ que existe”, le contestó, entre risas, Díaz.
Ella también reflexionó sobre el hecho de verse acompañada por un equipo de televisión en todo momento durante el rodaje de “Made in Mexico”.