Leticia Nieto
[Huasteca Hoy]
El peligro de la web más tratándose de menores de edad está aumentando, y cada día son más los casos que se registran en la Huasteca de “sexting”, en la que los menores dejan la puerta abierta para que ingresen depredadores sexuales, sin que los padres de familia se den cuenta hasta que desaparecen los hijos o bien presentan conductas como intento de suicidio, aseguró el psicólogo Blas Lara Barrón.
“Los depredadores sexuales ya no están en las ciudades grandes como se creía, operan en todo el país y precisamente aprovechan pueblos pequeños como los de la Huasteca, donde los niños y jóvenes no tienen tanta maldad para hacerlos su presa, pidiéndoles que compartan electrónicamente material sexualmente explícito.
Este después lo utilizan para manipular a quienes caen en sus redes. Se les llama equivocadamente pervertido sexual, sin embargo en el término dentro de la psicología es parafilia, y se entiende como un desvió de índole sexual, son sujetos capaces de evaluar el lado vulnerable de su contraparte, son hombres que oscilan entre los 18 y 60 años, utilizan grupos de amigos, lo que permite moldear sus rasgos de personalidad conforme a las necesidades emocionales, gustos y preferencias, además de fingir que él también ha pasado por las mismas vicisitudes de la presa”.
De acuerdo con el especialista, otros rasgos de los depredadores digitales, es que actúan solos, de igual manera pueden fingir ser dos personas, mediante el uso de perfiles falsos de usuarios, son muy inteligentes para entretejer la trampa, autosuficientes y metódicos, lo que los hace más peligrosos.
Son hábiles para usar las redes sociales y hacer uso de sus aptitudes para crear imágenes que atrapan la atención de la presa, con frases atractivas, suele ser narcisista o bien presentar un alto nivel de psicopatía, lo que da como resultado que cuenta con la tendencia de ver a su presa como un objeto y no como persona.
Ante los riesgos que conlleva la web, Lara Barrón, exhortó a los padres de familia a estar atentos a este fenómeno y cuidar lo que sus hijos ven en la red, con quién platican y de preferencia retirarles el teléfono por la noche.
En caso de caer en una situación de esta naturaleza además de la denuncia correspondiente, es importante que el menor reciba atención psicológica por los traumas que puede generar el caer en manos de un depredador, que bien puede distribuir las fotografías al mercado de la pornografía o amenazar con asesinar.
