Leticia Nieto
[Huasteca Hoy]
No hubo misa de acción de gracias ni fiesta, pero en el día de San Juan María Vianney patrono de los párrocos y sacerdotes, curas de la Diócesis de Valles celebraron su día siguiendo su ejemplo, pues este párroco beatificado como Santo, durante más de cuarenta años se entregó de una manera admirable al servicio de la parroquia que le fue encomendada en la aldea de Ars, cerca de Belley en Francia con una intensa predicación oración y ejemplos de penitencia.
A nombre de los más de cien sacerdotes incluidos los 50 párrocos, el padre Humberto Juárez Villeda señala que esta labor del sacerdocio es sin duda la más completa, “para mí ser sacerdote fue descubrir la voluntad, y saber que Dios nos llama a servir al prójimo, decimos en el Credo, creo en lo visible y en lo invisible y como sacerdotes nos consagramos a lo invisible a lo eterno, a Dios”.
Señala que en este ministerio, es cómo todos los párrocos han encontrado la causa de su alegría y la fuente de sabiduría que es la palabra de Dios y estar cerca de los más necesitados y de los que más sufren, le ha dado un sentido a su vida personal.
El párroco más joven de la Diócesis y a quien se le ha señalado como posible sucesor del Obispo de la Diócesis de Valles, señala que su intención siempre ha sido servir a Dios en los puntos que la Iglesia le marque, llevar la palabra y la enseñanza de una vida consagrada al Señor, y para ello su preparación teológica ha sido permanente, pero sobre todo ha sido el acercamiento con la ciudadanía la que más le ha dado frutos para seguir en su labor pastoral.
Informó que este año la celebración del párroco al caer en fin de semana, no se pudo conmemorar de manera conjunta por todos los sacerdotes debido a sus múltiples ocupaciones que tienen, pero cada uno en sus iglesias agradeció por esta profesión, además de recibir las felicitaciones de la feligresía.
