Viernes 03 de Mayo de 2024

Gasoducto Sonora pisotea derechos de pueblos indígenas

La comisión llama a reparar el daño en términos de la Ley de Víctimas

[SinEmbargo]

Ciudad de México.– La Secretaría de Energía violó el derecho humano a la consulta previa, libre e informada de las comunidades indígenas del Pueblo Mayo y la Tribu Yaqui al avalar la construcción del Gasoducto Sonora, determinó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

A través de la recomendación 17/2018, dirigida al Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, el organismo defensor de los derechos humanos pidió reparar el daño a las comunidades en los términos de la Ley General de Víctimas y le dio un plazo de 12 meses para que diseñe un registro que incluya a todas las empresas que participan en proyectos que afectan a los pueblos indígenas.

El proyecto Gasoducto Sonora, ubicado en el segmento Guaymas-El Oro, fue asignado a la empresa Gasoducto Aguaprieta, filial de Infraestructura Energética Nova (IEnova), mediante licitación pública internacional, que consiste en el diseño y operación de un sistema de transporte de gas con longitud de 327 mil 722 kilómetros.

La empresa construye el gasoducto al noreste de México en un territorio comunal desértico. Hasta hace cuatro años, y antes de la Conquista, sólo era sagrado para la comunidad indígena yaqui, compuesta por ocho pueblos ubicados al sur de la entidad de Sonora: Cócorit, Tórim, Vícam, Pótam, Huibiris, Rahum, Belén y Bácum.

Ahora, sobre ese suelo caliente resguardado por sus ancestros, se planea un proyecto energético desde la frontera con Estados Unidos a Sinaloa para proveer de gas natural a la Comisión Federal de Electricidad.

Sin embargo, los habitantes de Loma de Bácum –por donde pasarían 16 de los 90 kilómetros dentro del territorio yaqui– se han opuesto por el riesgo de una explosión del metano que afectaría a unos 15 mil habitantes, así como por la falta de una consulta previa, libre e informada, un derecho internacional de comunidades indígenas establecido en el Convenio 169 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Sus usos y costumbres chocan con la visión empresarial y eso, al intentar comprar su aprobación, ha destruido su tejido social.

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