Redacción
[Huasteca Hoy]
CIUDAD VALLES. Un hombre que residía en el ejido La Marina se desvaneció luego de comer, y sus familiares al ver que no reaccionaba, decidieron llevarlo a un nosocomio, pero murió en el trayecto.
El occiso era un agricultor de nombre Alan Altamirano Palacios, contaba con apenas 31 años de edad y vivía en el ejido La Marina de este Municipio, murió en el asiento trasero de un vehículo Nissan Tsuru color verde, habilitado como taxi, con número económico 08 del sitio Pujal.
De acuerdo a la información obtenida, alrededor de las 18:00 horas del domingo Alan estaba comiendo al interior de su domicilio, cuando de pronto se desvaneció, ante la mirada de sus familiares, quienes trataron de socorrerlo.
Pero como no respondía, pidieron los servicios de un taxi de la delegación de El Pujal, llegando a los pocos minutos la unidad de alquiler conducida por Vicente Rubio Noriega, quien ayudó a los parientes a subir al campesino al asiento trasero, y enseguida enfiló a toda prisa rumbo a la cabecera municipal, pues tenía la encomienda de llegar al Hospital General.
Pero los familiares de Alan también habían pedido ayuda a la Cruz Roja, y cuando el taxi pasaba por el kilómetro 375, cerca de la gasolinera Los Bananos, que se ubica entre el Hospital General y el lugar conocido como El Bañito, se encontraron con una ambulancia de la benemérita institución, entonces el taxista se orilló y le hizo señas a los paramédicos para que también se detuvieran.
Los paramédicos trataron de brindarle los primeros auxilios al agricultor, pero se dieron cuenta que ya no tenía signos vitales, así que dieron un reporte al Sistema de Emergencias 911.
Al poco tiempo llegaron a ese lugar elementos de la Policía Estatal, Policía Ministerial del Estado y un perito forense, quienes dieron fe del cadáver, el cual a simple vista no tenía huellas de violencia, pero como no se podía establecer la causa de la muerte, ordenaron su traslado al Servicio Médico Forense (Semefo).
Horas después, al concluir la necropsia, se supo que Alan Altamirano había fallecido por un infarto agudo al miocardio, y por lo tanto no había delito por perseguir.
