Silvia Neri Corona
[Huasteca Hoy]
XILITLA. Con muchas promesas y con muy pocas realizadas es como se va el alcalde Javier Pacheco Sánchez, quien desde el inicio de su administración realizó varias obras en su cabeza, como la tan mencionada unidad administrativa, que nunca llegó a concretarse.
Desde su arranque de campaña para la jornada electoral pasada, el alcalde Javier Pacheco Sánchez, siempre sostuvo que el Municipio no contaba con un edificio propio en el cual estuviera la Presidencia Municipal, pues el espacio que actualmente ostenta es de la Biblioteca Municipal, por lo que él en su administración realizaría la construcción de la unidad administrativa.
Asimismo, sostenía que debido a que no había un edificio Presidencial, no había despacho para el Alcalde y por lo tanto a las personas se les iba atender en su domicilio particular, y en ocasiones utilizando la oficina del Secretario del Ayuntamiento, pues lo que sí se perdió fue el despacho del Presidente Municipal al interior del Ayuntamiento, quedando únicamente el lugar como una oficina más.
Luciano Pérez, juez del quinto sector, indicó que todo fueron promesas que no se cumplieron, al final gobernar no es tan fácil como parece, y es que indicó que de la famosa unidad administrativa sólo queda el recuerdo, no se concretó nada del proyecto, el cual se pretendía construir en el espacio donde se encuentra el auditorio municipal y que albergaría la Presidencia Municipal y las diversas direcciones.
El juez mencionó que Pacheco Sánchez se va de esta administración con más derroches que aciertos, pues si bien el resto de las administraciones públicas han pasado a la historia con demasiados desaciertos, la actual tuvo más escándalos que ninguna otra, “escándalos que empezaron con su viaje a Japón que tampoco resultó, pues nunca se mandó café como él en su momento lo mencionó”.
Indicó que tan sólo en el proyecto de la plaza se fue remodelado el bosquejo porque al final no les pareció bueno el primero que se presentaría, es así como para Xilitla sólo quedará como una ilusión una central camionera, las tratadoras de aguas residuales y la tan nombrada unidad administrativa, “y ahora podríamos preguntar dónde quedó la velaría que ya se había adquirido”, finalizó.
