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Los Ángeles.-Donald Trump irá esta semana California por primera vez como presidente, un estado de marcada tendencia liberal que le dio su apoyo a Hillary Clinton por ventaja de más de 4 millones de votos en las elecciones del 2016.
Trump se enfrentado agriamente con funcionarios de California numerosas veces. Se ha mofado de sus jueces por tratar de impedir la aplicación de sus políticas, le ha demandado por sus tolerantes leyes migratorias y ha amenazado con retirar de allí a los agentes federales.
Pero Trump va a California porque allí hay un proyecto que ansía supervisar: prototipos de la muralla que él ha prometido erigir en la frontera con México. Y hay un evento que para nada se perdería: un acto de recaudación de fondos con multimillonarios de Beverly Hills.
Trump llegará el martes, pocos días después de que su Departamento de Justicia presentó demandas a fin de obstruir una serie de leyes estatales diseñadas para proteger a personas que encuentran ilegalmente en el país. El gobernador Jerry Brown, un demócrata, comparó la medida con “un acto de guerra”.
La semana pasada, la alcaldesa de Oakland avisó a los habitantes locales sobre una inminente redada de agentes de inmigración, una medida que Trump calificó de vergonzosa y peligrosa para agentes del orden.
California además se sumó a una serie de demandas en contra de la construcción del muro fronterizo, y los jueces locales repetidamente han fallado en contra de políticas promovidas por Trump.
En meses recientes, Trump y otros funcionarios han amenazado con inundar al estado con agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), aunque al mismo tiempo han amenazado con sacar a todos los agentes de allí.
