[El Universal]
Ciudad de México.- Para Estados Unidos resulta inmejorable el capítulo de energía del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Sólo desde el punto de vista de intercambio comercial de hidrocarburos, excluyendo petróleo crudo y sin considerar las oportunidades de inversión que se están abriendo con los paquetes de licitación de bloques petroleros, este año la industria petrolera norteamericana puede alcanzar un superávit de 15 mil 769 millones de dólares sólo por transacciones de compra y venta con Petróleos Mexicanos.
De esa cantidad, 14 mil 461 millones de dólares corresponderán a importaciones de gasolinas y mil 172 millones más a las compras externas de gas estadounidense.
Por ello, en las negociaciones del TLCAN, el gobierno estadounidense busca que las crecientes necesidades de energéticos de México sean cubiertas por los refinadores y los productores de gas lutitas, no sólo a mediano plazo, sino hasta 2050.
Consideran que México sería el principal receptor de las exportaciones estadounidenses, tendencia que se ha estado consolidando en los últimos años.
El Departamento de Energía de Estados Unidos tiene proyecciones en donde estima que las ventas de gas a México, únicamente por la vía gasoductos, se irán incrementando y pueden pasar de mil 71 millones de pies cúbicos diarios a 2 mil 36 millones en 2022 y se mantendrían en un nivel de 2 mil 500 millones hasta 2033 para empezar a descender y cerrar 2050 con un volumen de 2 mil 180 millones de pies cúbicos diarios.
En cuanto a las importaciones de gasolinas, el propio gobierno mexicano reconoce que el país mantendrá una importante dependencia de importaciones por lo menos hasta 2031, de las cuales los mayores volúmenes provendrán de refinerías estadounidenses.