[Agencias]
Ciudad de México. – Su modo de vivir en la escena lo hace estar de pie. No concibe sus últimos años de vida lejos de la actuación. Ignacio López Tarso nació un 15 de enero de 1995 para actuar y sus siete décadas dedicados al cine, teatro y televisión lo hacen feliz.
El teatro griego lo atrapó desde joven y a lo largo de su vida ha protagonizado las más importantes obras, por ello es que se jacta de señalar que esos dramaturgos son los mejores. A sus 93 años de edad, actualmente trabaja en tres obras a la par, y las propuestas no cesan.
“Ya son muchos años cargando en la espalda, los años no pasan, se quedan y pesan, cada año pesa más que otro, pero bien, en el teatro se aligera todo; en el escenario se solucionan los problemas ante el público no hay ni años ni cansancios ni nada, ninguna disculpa”.
“Me siento feliz, estoy hecho para eso, y cada vez que me subo a un escenario revivo, recupero mis fuerzas. Ahí ya no hay problemas sobre todo si tienes una buena obra, si tienes un buen personaje, si estás a gusto; el teatro es para gozarlo no para sufrir, el teatro es para disfrutarlo para estar muy contentos, muy felices”.
Por ello es que la palabra retiro ni siquiera está en su vocabulario, hacerlo resultaría dañino para su salud, pues mientras la tenga continuará.
“Es mi manera de vivir, dejo de trabajar y me muero, entonces van a surgir todas las enfermedades que no he tenido durante toda mi vida, ahora estoy sano en realidad, cansado, cada vez me canso más… “, dice a un medio.
