Efe
En el 50 aniversario del mayo del 68, Jean-Paul Gaultier convirtió ayer su desfile de Alta Costura en un homenaje a Pierre Cardin, icono sesentero de la oda anguardista, con quien aprendió las bases de la profesión que le lanzó a la fama.
Las ilustraciones sicodélicas que decoraban la pasarela, dentro de las oficinas del diseñador en el centro de París, delantaban la estética de su colección primavera-verano, presentada durante la a jornada de la Alta Costura parisiense.
Con un peinado estilo cacerola, corto y redondeado, las modelos comenzaron a desfilar luciendo siluetas triangulares, minivestidos y botas de charol blanco, que abrieron el desfile a ritmo de France Gall, la reina del pop francés de los 60, fallecida hace apenasdos semanas.
Gaultier, que fue aprendiz de Cardin durante la década de los 70, antes de crear su propia marca, tomó de este modista su pasión por el orientalismo y la precisión en las líneas que influyó en su trabajo en la primera parte de los años 80.
Al igual que los corpiños cónicos, que más tarde él popularizó con la cantante Madonna.
Pasión geométrica
Gaultier usó la pasión geométrica de Cardin para crear unos originales vestidos palabras de honor o de una sola manga, compuestos de una única tira de tela que parecía envolver a la modelo.
Coco Rocha
Como cada año, el “enfant terrible” de la moda francesa, que se atrevió a convertir en tendencia los estilos más ‘underground’, terminó su desfile con una puesta en escena divertida que protagonizó la top canadiense Coco Rocha al recorrer la pasarela junto a su hija, de dos años y medio, Ioni James Conran.
A su corta edad, la pequeña tiene más de 62.000 seguidores en una cuenta de Instagram, gestionada por sus padres.
Pierre Cardín
A la cita no faltó el propio homenajeado, Pierre Cardin, que a sus 96 años disfrutó del espectáculo desde la primera fila, junto a la actriz francesa Marion Cotillard y el diseñador de Louis Vuitton, Nicolas Ghesquière, asistente de Gaultier entre 1990 y 1992. Todo queda en familia.
