Domingo 05 de Mayo de 2024

Vaticano designa a nuevo comisionado para movimiento manchado de abuso

[ AP ] CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano se hizo cargo el miércoles de un controvertido movimiento católico con sede en Perú, cuyo fundador fue acusado de cometer abusos psicológicos y sexuales, un anuncio hecho pocos días antes de que el papa Francisco viaje a Chile y Perú, donde se prevé que resurja al margen […]

[ AP ]

CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano se hizo cargo el miércoles de un controvertido movimiento católico con sede en Perú, cuyo fundador fue acusado de cometer abusos psicológicos y sexuales, un anuncio hecho pocos días antes de que el papa Francisco viaje a Chile y Perú, donde se prevé que resurja al margen el tema del escándalo de abuso sexual.

En una declaración, el Vaticano precisó que la congregación para las órdenes religiosas emitió un decreto en el que designó un comisionado para hacerse cargo del Sodalitium Christianae Vitae, un movimiento conservador que tiene capítulos y alrededor de 20.000 miembros en toda Sudamérica y Estados Unidos.

La medida se produjo semanas después de que los fiscales peruanos anunciaron que buscaban arrestar al fundador de Sodalitium, Luis Figari.

Un periodista y antiguo miembro de la sociedad comenzó en 2010 a acusar públicamente a Figari de diversos abusos, pero el caso languideció en Lima y el Vaticano durante años.

Aunque Figari nunca fue acusado formalmente, muchas de las denuncias contra él, de formas retorcidas de abuso y humillación, fueron confirmadas al final por una investigación del Vaticano. Se ordenó a Figari poner fin a todo contacto con los miembros de la sociedad y desde entonces ha estado viviendo en Roma.

Figari nunca ha dado respuestas concretas a las denuncias. Su abogado en Perú, Armando Lengua, ha dicho que no ha estado en contacto con Figari, alegando que es inalcanzable en la casa de oración y retiro de Sodalitium en Roma.

Algunas de las víctimas de Sodalitium denunciaron al Vaticano por la forma en que manejó sus casos, diciendo que el retraso de seis años en tomar acción alguna y posteriormente permitir que Figari viviera jubilado en Roma, era todo menos satisfactorio.

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