Martes 14 de Mayo de 2024

Muere el cardenal Bernard Francis Law

(AP)

Ciudad del Vaticano.- El cardenal Bernard Law, el exarzobispo de Boston caído en desgracia y quien desencadenó la peor crisis entre la Iglesia católica estadounidense por no detener a religiosos que abusaron de menores, falleció el miércoles en Roma a los 86 años de edad.

Law, quien pasó sus últimos años en varios puestos del Vaticano, estaba enfermo y había sido hospitalizado recientemente.

El cardenal llegó a ser uno de los líderes más importantes de la Iglesia católica en Estados Unidos. Tuvo una gran influencia en nombramientos del Vaticano en arquidiócesis estadounidenses, ayudó a marcar prioridades para los obispos del país y tenía el favor del papa Juan Pablo II.

Pero en enero de 2002, The Boston Globe inició una serie de reportajes que reveló que Law trasladó durante años a sacerdotes que habían abusado a niños de una parroquia a otra sin alertar a los padres ni a la policía. En cuestión de meses, católicos de todo el país exigían saber si sus obispos habían hecho lo mismo.

Desde 1950, más de 6.500, o en torno al 6% de los sacerdotes estadounidenses, han sido acusados de abusos sexuales a menores, y la Iglesia estadounidense ha pagado más de 3.000 millones de dólares en acuerdos con las víctimas, según estudios encargados por los obispos estadounidenses y reportes de medios.

Como líder de la archidiócesis en el epicentro del escándalo, Law se convirtió durante el resto de su vida en un símbolo del fracaso generalizado de la Iglesia a la hora de proteger a los niños.

Al principio, Law intentó gestionar el creciente escándalo en su archidiócesis negándose a hacer comentarios. Después se disculpó y prometió reformas, pero se publicaron miles de nuevos registros eclesiásticos demostrando nuevos casos de cómo Law y otros habían expresado más preocupación por los sacerdotes acusados que por las víctimas.

En medio de un escándalo contra el cardenal, incluidas algunas críticas poco comunes de sus propios sacerdotes, Law pidió renunciar y el Sumo Pontífice lo autorizó.