Viernes 10 de Mayo de 2024

Bitácora

LAS finanzas del municipio de Valles tienen mucho que no andan muy bien que digamos: hay una deuda que el tesorero calcula en 170 millones de pesos, pero que llegó a estar en 210 millones, una nómina de 12 millones de pesos mensuales y una erogación que se volverá inevitable de 140 mil pesos a pensionados que no tardará en crecer de manera dramática, porque la política así es de desinteresada con el porvenir…

UNA digresión: las campañas políticas no aportan absolutamente nada de provecho, salvo basura plástica y visual, ya que las necedades que se oyen en los discursos políticos son una prueba fehaciente de que, quienes andan en busca de hueso, no le tienen el mínimo respeto a la inteligencia del electorado…

PERO sí hay una herencia maldita de las campañas que cualquiera de los candidatos desarrolla durante algunas semanas y es la inserción en la nómina de personas que anduvieron apoyando a la promoción del voto y que anduvieron “operando”, poniendo y quitando sillas de plástico para los mítines. Estos aparentemente inofensivos ciudadanos no andan de a gratis en la brega (lea bien, por favor) electoral, sino que tienen el interés de entrar a la nómina del Municipio para dejar el estatus de pobres durante un tiempo, bajo el viejo argumento de que, si entras en el presupuesto, ya la hiciste…

EL asunto es que estos muchachones son dados de alta y varios de ellos, no todos, porque hasta entre ellos hay niveles, son aceptados en el Sindicato del Ayuntamiento, que es el paraíso terrenal para el que soñó vivir cómodamente sin mucho esfuerzo…

BUENO, ahora volvamos a las pensiones. Como el tiempo es inexorable (quién sabe qué sea esto, pero ya lo están usando otros columnistas), éstos que antes se partieron su jefecita gritando a voz en cuello el nombre del que era candidato y después fue alcalde, comienzan a acumular años en la administración, a envejecer, a enfermarse, a exigir derechos que le prometieron cuando era un polluelo de la administración pública y, antes de morir, como cualquiera, querrá jubilarse y seguir gozando de los beneficios de su sueldo, pero ya como un encanecido hombre o mujer en retiro…

EL asunto es que este jubilado que nunca adivinó bien para qué sirvió en el “servicio público” seguirá cobrando, aunque sea un anciano sin actividad y alguien más lo sustituirá, pero el problema es que, como el Ayuntamiento no tiene plan de jubilación, entonces, todo el dinero que recibe el jubilado y su natural sustituto lo agarran del erario o de donde pueden y es ahí donde “la puerca tuerce el rabo”, porque no hay nada de aportación del trabajador para pagarle a ese viejito…

PUES bien: mientras en el IMSS al trabajador le descuentan de su propio dinero para el Fondo de Pensiones, el mismo IMSS le da otro dinero y el Gobierno Federal, otro más, en los Ayuntamientos nadie ha pensado que hay mucha gente que ya está por jubilarse y que seguirá costando dinero del erario, a pesar de no estar en funciones…

LO peor de todo es que los alcaldes, todos ellos, suelen insertar en la nómina y en el sindicato a personas que sólo sirven unos cinco o seis años y después, se jubilan, haciendo que la carga para el Ayuntamiento sea de por vida, a pesar del poco tiempo que pasaron en sus filas…como quien dice, entran al Ayuntamiento ayudados por un político, para jubilarse con el dinero público…

MÁS de rato, solamente se sacará dinero para pagar sueldos y jubilados. ¿Las obras? Bien gracias…