LOS que viven en Las Lomas, un ejido de Tanquián recibieron un buen trato negociador de parte de la Junta Estatal de Caminos (JEC), porque el año pasado, a mediados, gestionaron que les arreglaran su devastado camino de cinco kilómetros que va, precisamente de ese poblado, a la cabecera de Tanquián…
PERO cuando se licitó la obra, ellos no sabían que les estaban dando “gato por liebre”, porque el ramal que tenía planeado hacer la JEC era de sólo un kilómetro con 700 metros y a los tres kilómetros y pico restantes nomás les iban a tapar los bachecitos, que, para el Gobierno, ni eran tan grandes…
PERO al darse cuenta de ello, los de Las Lomas obstruyeron el inicio de la obra y pidieron una explicación, cosa que les llegó de volada, porque la gente del Ayuntamiento de Tanquián y del mismo Gobernador, que andaba de gira antier por allá, se puso en alerta, ya que no se ve bien que se le hagan alborotos ni panchos a un mandatario, cuando anda dando la gira para entregar obras, no está bien, claro que no…
ASÍ que los de la JEC dijeron, con una sonrisa nerviosa que se habían equivocado, que no eran nomás los mil 700 metros planos de asfalto los que pondrían, sino que mucho más, ah, pero tampoco iban a construir cinco kilómetros, sino que con un ni tú ni yo, negociador, anunciaron que la obra sería de cuatro kilómetros, aunque son cinco los que están mal…
LOS de Las Lomas, incluyendo su asamblea ejidal, quieren saber los pormenores del expediente técnico de la obra, para ver cuánto calcularon hacer en la JEC, ya que su petición claramente decía que cinco kilómetros. Pero del plato a la boca, se cae la sopa y quizá lo que vayan a construirles sea una ampliación de obra, basándose en el plan gubernamental de nomás hacer uno punto siete kilómetros…
ASÍ están las cosas de peliagudas y ni cómo hacerle con los proyectos cambiados, aunque, a diferencia de muchos que están aguantándose las ganas de gritar de cosas porque no les hicieron las obras que pidieron, en el recio Tanquián, los ejidatarios no se quedaron con los brazos cruzados y, al menos, pudieron negociar un poco más de la miseria de camino que les habían planeado…
LO que resulta insoportable es que haya gente más papista que el Papa, porque ayer, estos mismos ejidatarios apenas pudieron cruzar palabra con el Gobernador para plantearle esta anomalía, pero la conversación no fue interrumpida por el Gobernador mismo, sino por su séquito que parece una horda de guardaespaldas de sus intereses y de su tranquilidad…
ASÍ es: aunque el Gobernador a veces parece diligente, alrededor de él hay mucha gente que no deja que nadie se acerque, que nadie le inquiera, que nadie le plantee nada y eso está peor que tener un Gobernador prepotente como Marcelo de los Santos, que era grosero per se…
RESULTA que aunque el mandatario quiera quedarse un poco más a escuchar, no lo dejan sus colaboradores, porque antes de que llegue a una sede, se le pide medio mundo que por favor no le hagan alborotos ni protestas, aunque el mismo mandatario no se ha visto renuente a atender a quienes tienen una molestia.
ASÍ que, antes de interrumpir a los peticionarios o a los manifestantes, los colaboradores del Ejecutivo estatal deberían preguntarle si está interesado en oír a los manifestantes, porque con el pretexto de la agenda, no lo dejan ni saludar a los asistentes a los eventos.
