Jueves 02 de Mayo de 2024

Salió a cazar y se mata de un disparo

Hombre fue encontrado tirado cerca de un rancho del ejido Chantol.

Redacción

[Huasteca Hoy]

CIUDAD VALLES. Un hombre que supuestamente salió a cazar animales, murió al darse un balazo de forma accidental. Lo encontraron tirado a inmediaciones de un rancho del ejido Chantol.

Una muerte extraña tuvo José Pilar, quien contaba con 54 años de edad y vivía en el ejido antes mencionado, cuyo cuerpo fue encontrado ayer alrededor de las 5 de la mañana, en el rancho San Juanita que se ubica en el ejido Chantol, justo en el entronque de las carreteras que conducen a los ejidos Cerro Alto y La Estribera.

Su esposa, Rosaura de 26 años de edad, refirió que el lunes aproximadamente a las 20:00 horas, José Pilar se salió de su casa a bordo de su caballo, y llevando consigo un rifle que utiliza para cacería.

Pero ya no volvió, y ayer por la madrugada, Rosaura vio pasar a un familiar que iba rumbo a su trabajo, comentándole que José Pilar estaba desaparecido, y entonces fueron a buscarlo, adentrándose al rancho San Juanita, que es el que frecuentaba.

Al poco tiempo lograron encontrarlo, estaba tirado a unos 500 metros de la entrada del rancho, sobre una vereda, y al tratar de moverlo se dieron cuenta que éste se encontraba muerto, así que procedieron a dar aviso al Sistema de Emergencias 911.

Los elementos de la Policía Municipal arribaron al lugar y procedieron a su acordonamiento, para preservar la escena, posteriormente llegaron elementos de la Policía Ministerial del Estado, y un perito criminalista de la Subprocuraduría de Justicia zona Huasteca Norte.

Al principio los familiares del difunto presumían que éste se había caído de su caballo, pues incluso mencionaron que el animal era bronco, lo que concordaba con las lesiones que tenía, una golpe en la cabeza y una herida en la cara, además el equino no estaba, sólo hallaron prácticamente junto al cuerpo su rifle de cacería.

Pero en esos momentos no se podía establecer la causa del deceso, sólo confirmaron que no había indicios de violencia y se ordenó el traslado del cuerpo al Servicio Médico Forense para la necropsia de rigor.

Una vez que se realizó dicha diligencia, se supo que la herida de la cara era producida por un proyectil de arma de fuego calibre .22, mismo calibre del rifle encontrado en el lugar, entonces los ministeriales volvieron a entrevistarse con los familiares, y éstos comentaron que el caballo de José Pilar además de estar bronco, se asustaba cuando su dueño encendía la luz por las noches o martillaba su rifle.

Por lo anterior los investigadores dedujeron que el infortunado se disponía a disparar su arma, pero cuando encendió una lámpara de mano que también fue encontrada cerca del cadáver, su caballo se asustó y lo tumbó al suelo, entonces el rifle se accionó y el proyectil dio justo en su cara a la altura del pómulo, ocasionando su muerte.

Los deudos no tuvieron objeción en cuanto a las investigaciones realizadas por los agentes ministeriales, sólo acudieron a la Subprocuraduría de Justicia para solicitar la devolución del cuerpo para los trámites funerarios.

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