Viernes 10 de Mayo de 2024

Educar bajo amenazas

Agencias

Educar es una tarea muy cansada y, en ocasiones complicada, pero cuando los padres llevan a cabo este deber, encuentran una gran recompensa.

Los progenitores no siempre educan a sus hijos como les gustaría.

A veces por la falta de tiempo, otras por el cansancio acumulado debido al trabajo, por la situación en la que se encuentran o por el carácter del propio hijo.

Lo que hay que tener claro es que educar a los hijos con amenazas no es un recurso educativo adecuado para ninguna de las partes.

Violencia

Las amenazas son la manifestación de la violencia, no física, pero sí psicológica.

Estas suelen ir acompañadas de gritos que pueden parecer inofensivos, pero pueden afectar a los niños en su comportamiento y a nivel psicológico.

Autoridad

Muchas veces los padres recurren a las amenazas porque encuentran supuestas ventajas como: Ser un recurso rápido y sencillo de utilizar, no requiere un desgaste intelectual para su uso, se puede conseguir el objetivo a corto plazo, o puede infundir carácter de autoridad al que lo utiliza.

Control

Otras veces, los padres utilizan las amenazas para controlar el comportamiento de los niños debido a que les faltan recursos como:

Recursos

Esa falta de recursos hace que muchos padres educan a los niños con amenazas cuando sienten que pierden el control.

De esta manera intentan regular el comportamiento del niño basándose en el miedo.

Valor

El empleo continuo de amenazas puede conllevar al deterioro de la autoestima del niño.

No se sentirá valorado por sus padres e, incluso, puede revelarse y desafiar la autoridad de sus padres constantemente.

DAÑO

La continua amenaza puede causar estrés en el niño y no será beneficioso para

su desarrollo.

Con las amenazas no se enseña al niño a asumir las responsabilidades de sus actos, se le enseña a actuar para evitar un castigo.

Credivilidad

Las amenazas que se utilizan suelen ser tan fuertes que los padres no las cumplen, por lo que la palabra de los padres pierde autoridad y credibilidad.

El niño aprenderá del ejemplo continuo de las amenazas de sus padres y se acostumbrará a este tipo de conducta.

Relacionarse

Luego empleará las amenazas como forma de relacionarse con sus amigos, conocidos e incluso contra sus padres.

Consecuencias

Las amenazas a las que recurren los adultos como recurso educativo vienen, como ya sabemos, acompañadas de consecuencias negativas.