Miercoles 15 de Mayo de 2024

Michoacanos esperan a sus seres amados

(EFE)

Pátzcuaro, Mich.- “Cuando viene el alma se siente un escalofrío”, cuenta a Efe Abel Andrade mientras espera en el panteón la llegada de sus familiares fallecidos con motivo del Día de Muertos en Pátzcuaro, en el oeste de México.

En el panteón de Tzurumútaro, un pueblo del municipio de Pátzcuaro del estado de Michoacán, centenares de personas pasan la noche a la intemperie, cobijados por sus familiares muertos, a quienes velan, e incluso hablan, durante toda la noche.

“Estamos esperando el ánima de mi papa y mi hermana. (…) Desde que recuerdo ya hemos estado viniendo aquí, ya tengo más de 50 años viniendo”, explica Abel. El hombre, que pasa la noche abrigado con un gabán y un sombrero de palma, recuerda que visitan el panteón a menudo para que sus seres queridos sepan que “nunca nos olvidamos de ellos”.

Pero el 2 de noviembre es especial. Es cuando sienten que el alma de los difuntos regresa. “No es frío, es un escalofrío. Y no da de temor, es un gusto”, afirma.

En el cementerio se vive el festejo en recogimiento tras unas horas de inevitable ajetreo para arreglar las lápidas de los difuntos. Hoy las tumbas están repletas de flores, especialmente el cempasúchil, que la tradición señala que son las que enseñan el camino a los muertos que hoy regresan en espíritu y, por unos instantes, a la vida terrenal.