Jaime Hernández
[Huasteca Hoy]
A lo largo de cuatro meses, entre febrero y mayo de este año, la Auditoría Superior del Estado (ASE) destinó 2.7 millones de pesos a una nómina secreta, sobre cuyo destino se tendió un manto de opacidad que no permite conocer su destino.
En la operación de este sistema de pago “complementario” e “independiente” de la nómina oficial de la ASE participaron los ahora exfuncionarios José de Jesús Martínez Loredo, titular de la dependencia y quien autorizó el esquema; Fernando José Barrera Guilllén, supervisor técnico contable de la Coordinación de Auditorías Especiales, quien la manejaba y el titular de esta última instancia, Abraham Reinhardt Guerrero, como coordinador de los movimientos de esta nómina.
La existencia de este esquema quedó documentada en una serie de oficios, cuyas copias tiene Editora Mival, cruzados entre Gloria Raquel Rivera, también despedida y que entonces ocupaba la Coordinación de Administración, Finanzas y Servicios de la ASE, y Barrera Guillén, hermano del diputado del Partido Verde Ecologista de México, Manuel, cuya función en “La Ecuación Corrupta”, según el diputado con licencia Enrique Flores Flores, era controlar a la ASE para que participara en la trama de chantajes a los alcaldes a través de la manipulación de sus cuentas públicas.
En el intercambio de documentos, queda claro que Barrera Guillén respondió con una negativa a la petición de Raquel Rivera de que le entregara la información relativa a esos pagos alternos a la nómina oficial, que incluía el nombre de los beneficiarios y los montos que se les pagaban.
El argumento de Barrera Guillén fue que esa información era “confidencial” y que sólo podría ser revelada por órdenes expresas de Martínez Loredo.
Imperativo, el hermano del legislador local le ordenaba a la administradora que acatara las órdenes giradas en ese sentido.
