Miguel Barragán
[Huasteca Hoy]
La Huasteca es históricamente violenta, porque incluso ya en los tiempos de Lázaro Cárdenas, los delincuentes se apoderaban de las pertenencias de los demás con total impunidad o mataban por apoderarse de un rancho o de un hato de vacas, narró la cronista de la ciudad, Belén Altamirano Zúñiga.
Cuando se habla de violencia, los ciudadanos suelen pensar en extorsiones, secuestros, homicidios dolosos y crímenes cometidos por grupos delincuenciales o cárteles.
La cronista explica que, así como operan esos grupos, así operaban gavillas o catervas de delincuentes que cometían los mismos delitos, pero en tiempos en los que ninguna autoridad ejercía justicia.
Dijo que los tiempos de violencia fueron los posrevolucionarios, porque hubo muchos grupos que no se conformaron con ningún gobierno, ni régimen y se dedicaban a delinquir, secuestrando o simplemente arrebatando sus pertenencias, sus vacas, incluso sus propiedades a incautos que no se podían defender.
Estos tiempos fueron los del cacique Saturnino Cedillo, quien fue un jefe de la Zona Media potosina, quien controlaba las fuerzas armadas de todo el país, a través de su cargo como secretario de Agricultura, durante el sexenio de Lázaro Cárdenas.
Luego de que se sublevó contra Cárdenas, fue asesinado y con él terminó una época de violencia que imperó sin freno, aún después del movimiento revolucionario. Dijo que antes, sólo el cacique era el que arrebataba y se quedaba con lo de los demás y, si descubría que había algún otro grupo operando, los mandaba matar y santo remedio.
