Viernes 26 de Abril de 2024

El miedo a flor de piel en México

El pánico se apoderó de la población después de los subsecuentes movimientos telúricos que no cesan desde el 7 de septiembre. Familias duermen reunidas en las calles, ante el temor de una nueva tragedia, al igual que estados del sur que viven con los nervios de punta y el oído aguzado.

(EFE)

Ciudad de México.- Un nuevo sismo desató ayer pánico entre la población del centro y sur de México, que aún no se recupera de los terremotos registrados con una diferencia de doce días y que han dejado más de 400 fallecidos, y causó dos muertes por “infarto” a raíz de crisis nerviosas.

Después de los efectos devastadores de los movimientos telúricos del 7 y el 19 de septiembre, la población tanto de la capital como de los estados del sur del país vive con los nervios de punta y el oído aguzado para detectar al primer segundo la alarma sísmica.

En Ciudad de México, donde las labores de rescate de sobrevivientes continúan cuatro días después del peor terremoto registrado desde 1985, también un 19 de septiembre, muchas familias duermen reunidas bajo el mismo techo, en el mejor de los casos, ante el temor a una nueva tragedia.

Otras han montado tiendas de campaña frente a edificios que quedaron severamente daños el martes pasado para vigilar que no les roben sus pertenencias, a pesar de la fuerte presencia de militares y marinos custodiando los inmuebles, o a la espera de noticias sobre cuál será el futuro de su patrimonio.

En el peor de los casos, cientos de personas aún están en las inmediaciones de las estructuras derruidas con la esperanza de que los equipos de rescate, ya sea mexicanos o de diferentes lugares del mundo que han llegado a apoyar las labores, puedan sacar con vida a sus seres queridos de entre escombros.

Así sorprendió a los capitalinos el sismo de esta mañana, de magnitud 6.1 en la escala de Richter y considerada una réplica del terremoto de 8.2 ocurrido el 7 de septiembre, el más poderoso desde 1932 y que dejó 98 muertos en los sureños estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco.

La alarma sísmica sonó casi un minuto antes de que empezara a temblar la tierra, lo que dio tiempo a muchos a salir de sus viviendas, una medida a la que ya están acostumbrados los capitalinos. Esta vez se repitieron las escenas de pánico del martes, aunque el movimiento se sintió mucho menos.

Y es que, como asegura a Efe una vecina de la céntrica colonia del Valle, una zona residencial muy afectada por el sismo del martes con varios edificios colapsados y otros a punto de caer, el sonido de la alerta genera un gran estrés porque se desconoce si el sismo será leve o fuerte.

El psicólogo Benjamín Domínguez Trejo dijo que la mayoría de la población que vivió el temblor del 19 de septiembre ya sufre o sufrirá síndrome de estrés postraumático, el cual en condiciones adecuadas debe disminuir o desaparecer a los tres meses del evento.

Algunos de los síntomas de quienes padecen este síndrome es el exceso de energía, tanta que no puede estar sentado por un rato ni dormir, o que se reviven las escenas traumáticas de manera involuntaria, en este caso los recuerdos del temblor.

“Sentir miedo después de un terremoto es una reacción normal de protección”; el desafío para la salud pública es que alrededor del 20% pueden persistir con esta condición hasta por 20 años, alertó el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Muchas personas “se sienten estresadas y temerosas ante la posibilidad de que se repita”, explicó el experto, quien recomendó a la población intentar descansar, ya que ello permite al organismo resistir los síntomas del síndrome, o hacer un “ayuno de noticias”.

También sugirió estar cerca de amigos y familiares, “personas con las que nos sintamos apoyados, pues eso nos ayuda a mantenernos en un estado de serenidad”. Es el caso de Alfredo, un vendedor de 79 años ya pensionado, quien ahora vive en la casa de su exesposa porque fue desalojado de su edificio, severamente dañado por el terremoto del martes.

Notas Relacionadas