Domingo 19 de Mayo de 2024

Bitácora

DICEN que las familias grandes no se ponen de acuerdo en nada y que siempre reina el caos. Hay desacuerdos, intrigas, malquistaciones, ruindad y política adversa de la más baja calaña. Así son las familias grandes, las que son muy grandes. Hasta para cooperar para una fiesta los miembros del clan suelen caer en conspiraciones y chismes desgastantes. Hagan de cuenta México…

PERO así como sucede en las familias que son grandes en número de miembros y en grandeza de espíritu, los mexicanos de a pie, los ciudadanos que se quejan de los políticos y que no votan, esos que hacen activismo estéril en Facebook cuando se trata de grillas y de corrupción, ayer volvieron a dar una demostración de preciosa solidaridad. Otra vez…

MÉXICO tiene muchos defectos y problemas. Es un país lleno de conflictos y de miedos. Hay en cada mexicano una vena cruel que entiende la preocupación del otro y se da el tiempo de hacer escarnio de ello, pero ante la tragedia absoluta, los mexicanos dejan todo a un lado para apoyarse unos a otros…

ASÍ como en 1985, con el Gobierno estático y paralizado por el trauma del desastre, en este pleno 2017, los ciudadanos no esperaron a que llegara la ayuda. Se pusieron a levantar concreto, a doblar varillas a cargar heridos a gritar a los montones de acero y cemento, para ponerse en contacto con los que se habían quedado atrapados o, en el peor de los casos, a rescatar los cuerpos de los que no pudieron sobrevivir…

ES un esfuerzo conjunto en el que el mexicano demuestra que la tragedia más griega que existe, la tragedia que proviene de la implacable naturaleza, es una prueba que se tiene que superar, ayudando y poniendo en juego la vida por los otros, por los que uno ni conoce, ni conocerá, pero que deben ser rescatados…

TODO fenómeno tiene responsables indirectos, pero los sismos son pequeños infiernos trémulos que se desatan en segundos y dejan secuelas de años, de décadas. Los terremotos son la quintaesencia de la oscuridad de este mundo que trata a los seres humanos y los devuelve a su condición de pequeñez ante un planeta incomprensible y cruel…

PERO los mexicanos resisten todo. Usan su inteligencia, su capacidad de amar y de ser mejores humanos ante estas desoladoras imágenes del dolor. Ayer llegaban y seguirán llegando voluntarios de todos los rincones del país, para demostrar que están hecho de valentía y no sólo de carne y hueso…

ESTÁ la otra parte: los que murieron, los que tuvieron la poca fortuna de no poder salir de un inmueble colapsado. México vuelve al luto conocido de los amigos y parientes que fueron devorados por la caída de los edificios y por las grietas que el suelo exhibe al cielo que es el único que se salvó del tremor…

MILES de personas perdieron a alguien. Se enfermarán de algo, por convivir con el polvo residual y se deteriorarán del dolor, poco a poco, porque desgraciadamente en este tipo de hecatombes, no hay a quién culpar, no hay a quién reprochar nada. Es la madre naturaleza sacudiendo a la humanidad completa…

EN las horas más aciagas, los mexicanos no se atienen al Gobierno, no piensan en él ni le fustigan por su paroxismo desesperante. Eso sí, los mexicanos reciben la ayuda con gusto y permiten que quienes están entrenados y capacitados para el rescate guíen y organicen. Pero antes de que cualquiera con uniforme comience a indagar entre los escombros, los mexicanos ya demostraron, horas antes, lo grandes que son.