Martín Rodríguez
[Huasteca Hoy]
La sesión del Congreso del Estado, donde el diputado Manuel Barrera Guillén presentaría su informe de actividades, terminó en un intercambio de golpes y empujones entre manifestantes del Frente Ciudadano Anticorrupción (FCA) y personal de asistencia del Poder Legislativo.
Los activistas exigían la renuncia del también dirigente estatal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) cuando fueron provocados por el diputado José Luis Romero Calzada quien les mostró una carpeta de cartón en la que escribió el mensaje #todossomosbarrera.
El efecto inmediato de las protestas fue el hecho inédito de que en un informe de actividades, el presidente de la Mesa Directiva del Congreso no logró pronunciar su discurso a pesar de que la ceremonia había sido diseñada para ser muy breve.
Sólo acudieron al presídium representantes de los poderes Ejecutivo y Judicial, pero no sus titulares. Con el rostro desencajado, Barrera Guillén comenzó la sesión en medio de los gritos de los manifestantes mientras coreaban “¡Sáquenlo!”.
Antes del ingreso de visitantes y manifestantes, los asistentes de Manuel Barrera llevaron a mujeres y hombres que ingresaron poco a poco al Congreso, con cartulinas a favor del Partido Verde, pero durante las protestas, ellos mismos taparon los fallidos mensajes de apoyo.
En medio de los gritos que no permitieron oír con claridad la sesión solemne, Barrera Guillén se excusó de leer su informe de actividades y se concretó a presidir la Sesión. El personal asistente proyectó un video en circuito cerrado, transmitido también para la página web del Congreso del Estado.
A lo largo de la sesión, los manifestantes gritaron consignas para exigir que se fuera Barrera, y le reprocharon ser parte de la “ecuación de la corrupción”. Le reclamaron por medio de altavoces que padre, esposa y amigos además de personas cercanas, gocen de contratos por servicios que se tiene en duda que se hubieran prestado al Partido Verde y le reprocharon, también, su filiación gallardista.
Durante el desarrollo de la sesión, el diputado José Luis Romero Calzada mostró a los manifestantes una cartulina con la leyenda “Todos somos Barrera”, hecho que enfureció a los manifestantes, quienes se introdujeron a la zona de asientos exclusivos para invitados especiales y desde ahí gritaron consignas mientras se aproximaban a la tribuna.
Personal del Congreso del Estado contuvo a los manifestantes, pero en el forcejeo hubo golpes, reclamos y empujones.
Sin detenerse, Barrera leyó el contenido protocolario de las actas y al clausurar la sesión, todos los diputados se retiraron de prisa en medio de las protestas y esquivando las monedas que les lanzaron los manifestantes. Incluso una curul resultó dañada en el forcejeo.
Una vez que Manuel Barrera se retiró y aún con el recinto lleno de gente enfurecida, personal del Congreso del Estado apagó casi la totalidad de las luces, mientras permanecían en las butacas de invitados, decenas de policías vestidos de civil que esperaban órdenes para intervenir.
Una vez concluida la sesión, que fue inaudible en el interior del edificio legislativo, los manifestantes se retiraron, y los diputados salieron apresuradamente por la puerta de atrás, la que da a la calle 5 de Mayo.
