Viernes 17 de Mayo de 2024

Miles de mexicanos se suman a enviar víveres

 

(EFE)

Ciudad de México.- El pueblo mexicano se vuelca estos días en apoyo a sus compatriotas, atestando las calles de centros de acopio para juntar víveres e insumos médicos que sean trasladados a los estados de Chiapas y Oaxaca, brutalmente afectados por el sismo el pasado 7 de septiembre.

Miles de personas, sin faltar los niños, hacen filas kilométricas bajo la lluvia de Ciudad de México para contribuir a estos centros de ayuda humanitaria, cuyo personal clasifica rauda y meticulosamente las donaciones antes de que surquen el cielo rumbo al sur del país.

En el Zócalo (plaza principal) de la capital se ubica una de estas instalaciones que, en las 24 horas que lleva operando, ya ha recopilado aproximadamente cinco toneladas de insumos que incluyen alimentos, artículos de aseo personal, productos de limpieza, pañales, papel higiénico, semillas y dulces.

Así lo contó a Efe el asesor de la Secretaría de Protección Civil de Ciudad de México, David Velasco, quien consideró que “el suministro fundamental” ahora mismo es “aquel que corresponda a alimento, higiene y enseres”.

Los donativos se concentran embalados a la espera de su envío mientras un equipo “está analizando la forma de transferir todos los suministros”.

Velasco contempla a su alrededor “la fila interminable” de personas cargadas con bolsas y cajas. “Es muy difícil la cuantificación pero desde el día de ayer a esta hora han sido miles de ciudadanos”, afirma.

Al llegar al centro de acopio, que “permanecerá abierto hasta que sea necesario”, los ciudadanos se registran únicamente con su nombre e indican qué vituallas van a donar.

Pese a que el Gobierno capitalino ha puesto en marcha muchos de estos centros, el funcionario agradece la aportación del voluntariado ciudadano. “El héroe, el que realmente se lleva las palmas, es el ciudadano que está viniendo y está entregando su aportación”, asegura. El funcionario, quien fue brigadista en el devastador terremoto que azotó la capital en 1985, se muestra visiblemente emocionado, con los ojos vidriosos mientras relata que “las familias vienen acompañadas de los hijos, de los niños, de los nietos”.