Lunes 13 de Mayo de 2024

Comida chatarra

[Agencias]

A todos nos ha ocurrido. Vamos paseando por la calle y repente, ese olor irresistible a comida que despierta de inmediato nuestro apetito: Hamburguesa, pizza, patatas fritas, bollería, cereales azucarados.

¿Por qué sentimos esa atracción fatal hacia ciertos tipos de comida?. La explicación es sencilla: Porque sus ingredientes han sido especialmente seleccionados para alterar el sistema de recompensa de nuestro cerebro.

Efecto

El azúcar, la sal y las grasas procesadas, producen en nuestro cerebro un efecto similar a las drogas.

¿Hasta qué punto la comida que ingerimos puede alterar nuestras habilidades mentales? ¿Podría afectar a nuestro aprendizaje o memoria? ¿Podría generar adicción?

Inflamación

del hipocampo

Varios estudios demuestran que dietas cargadas de azúcar y grasas pueden perjudicar nuestras habilidades cognitivas.

Investigadores de la Universidad de New South Wales, Australia, encontraron que un alto consumo de grasas saturadas y azúcares, puede producir inflamación del hipocampo, una zona cerebral encargada del aprendizaje y la memoria.

Existen otros estudios, que defienden que el abuso de estas sustancias puede producir cambiosen el cerebro.

Salud

Sin embargo, es curioso leer el reverso de muchos de los alimentos manipulados que consumimos diariamente.

A pesar de que se conoce que ciertos ingredientes pueden perjudicar nuestra salud si son consumidos en exceso, gran cantidad de la comida que compramos los contienen ¿La razón? se imagina con facilidad: Para que una vez que empieces a consumirlos no puedas parar.

Ingredientes aditivos

El azúcar. Inicialmente, nuestro cerebro ama el azúcar. Obtenemos la energía que nuestro cerebro necesita de forma rápida.

Nos hace sentir genial, a corto plazo, por supuesto.

El azúcar hace que nuestro cerebro segregue dopamina, de la misma manera que lo hacen drogas como la cocaína.

Azúcar

El azúcar nos hace sentir bien, y esa sensación es la que nos anima a seguir comiendo azúcar para seguir activando ese sistema de recompensa.

Algunos estudios, defienden que el azúcar puede ser incluso más adictivo que la cocaína.

Grasas

Las grasas. Sabemos de sobra que el típico “el lunes empiezo la dieta”, siempre conlleva un consumo reducido de grasa.

Lo sabemos, pero nos cuesta, al igual que el azúcar, las grasas también son adictivas.

Placer

Comer alimentos grasos nos produce placer.

Que sean tan irresistibles parece deberse a que produce en nuestro cuerpo efectos similares a los del cannabis o marihuana,

Consumir grasas, hace que nuestro cuerpo genere de manera natural endocannabinoides, que podrían generar no sólo euforia, sino también más necesidad de consumir grasas.

Su acción se explica evolutivamente porque las grasas son escasas en la naturaleza, pero necesarias para el funcionamiento de nuestro cuerpo.

Sin embargo, en la sociedad actual las grasas se adquieren casi sin querer, y seguimos contando con ese impulso innato de devorarlas.

Vemos que, paradójica-

mente, una dieta elevada en grasas nos incita a comer cada vez más grasas.

Sal

La sal. Su funcionamiento es similar al del azúcar: Activa el sistema de recompensa cerebral que implica la liberación de dopamina, sustancia que nos hace sentir placer.

De nuevo, es el mismo sistema que sigue la cocaína, cuyo nivel de adicción se asemeja con el de la sal.

Es muy frecuente que muchos tipos de alimentos precocinados la añadan importantes cantidades de sal a su receta.

De hecho, según la OMS la cantidad recomendada de sal es de 5 gramos al día.

¿Qué puedo hacer para mejorar mi dieta?

Vemos que un elevado consumo de grasas y azúcares no sólo hace que aumentemos de talla, algo que todos sabemos, sino que también afecta a nuestra salud física, y nuestras funciones cognitivas, nuestras habilidades mentales.