Viernes 17 de Mayo de 2024

Alzheimer y parkinson

(Agencias)

Las demencias, Enfermedad de Alzheimer, Enfermedad de Parkinson con demencia y otros trastornos relacionados, son probablemente los diagnósticos clínicos más importantes de nuestro tiempo en términos de sobrecarga para los individuos afectados y sus familias.

La Enfermedad de Alzheimer supone entre el 60 por ciento y 80 por ciento de los casos de demencia.

Se considera el principal tipo de demencia a partir de los 65 años de edad.

Factores

La edad y una historia familiar de enfermedad son los dos principales factores de riesgo de este devastador trastorno.

Una historia de parentesco de primer grado con un enfermo que sufra la enfermedad incrementa 3 veces el riesgo

de contraerla.

Esta relación es especialmente cierta en los casos en los que la enfermedad aparecer precozmente, es decir, en personas más jóvenes.

Se ha constatado que las mujeres presentan mayor riesgo de Enfermedad de Alzheimer que los hombres.

Nivel educativo

Un nivel educativo bajo es un factor de riesgo conocido para desarrollar enfermedad

de Alzheimer.

Los traumatismos craneales con pérdida de conciencia también incrementan el riesgo.

Por último, se ha comprobado que la arteriosclerosis es un factor de riesgo tanto para la enfermedad de Alzheimer como para otro tipo de demencia llamada vascular.

Parkinson

La enfermedad de Parkinson, ese trastorno neurológico tan común en los ancianos y caracterizado entre otros signos y síntomas por la aparición de temblor, se asocia con un riesgo aumentado de demencia. Aproximadamente de 1 a 4 pacientes con enfermedad de Parkinson acabará desarrollando la demencia.

Manifestación

La enfermedad de Alzheimer, el principal tipo de demencia y al que nos referiremos fundamentalmente en este artículo, afecta más frecuentemente a personas mayores de 65 años.

Básicamente se trata de una alteración grave, de carácter progresivo, del funcionamiento del cerebro con afectación de la memoria, el proceso del pensamiento, el habla y la conducta.

Sus causas no son bien conocidas todavía, aunque se sabe que se producen importantes cambios químicos y estructurales en el cerebro de las personas que la padecen.

Estos cambios obstaculizan la capacidad de procesar, almacenar y recuperar la información.

Clínicas

Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son muy variables y cambian a medida que el trastorno avanza.

Al principio son comunes los cambios de humor y de personalidad.

Más tarde, aparece una alteración de la memoria reciente y problemas para encontrar las palabras deseadas.

Estos cambios pueden ser muy sutiles y la familia puede adaptarse inconscientemente a este empeoramiento contribuyendo a un retraso en su reconocimiento.

Por último, se afectan otras capacidades funcionales y surgen problemas para, por ejemplo, conducir un coche, llevar las propias cuentas económicas, la higiene y las comidas, etc.

Deterioro

Aparece un deterioro gradual del lenguaje, desorientación en el tiempo y en el espacio, deterioro de la capacidad de juicio y dificultades para reconocer incluso a los propios miembros de su familia.

Síntomas psiquiátricos

A menudo aparecen también síntomas psiquiátricos como paranoia, agitación psicomotriz, irritabilidad y frustración, ansiedad, insomnio, comportamiento social inadecuado, alucinaciones, etc.

Deterioro cognitivo

El deterioro cognitivo leve es un trastorno cognitivo situado entre los olvidos normales o fisiológicos de la memoria que tienen lugar con la edad y la demencia.

En esta situación el paciente, su familia o el médico detectan quejas de memoria; el paciente mantiene su actividad diaria normal, autonomía, capacidad para vivir solo, aunque aparecen dificultades para realizar actividades diarias complejas; se observa un deterioro de la memoria objetiva, aunque la función cognitiva global es normal; y se descarta demencia mediante las distintas pruebas clínicas.

Se sabe que los pacientes que presentan este deterioro cognitivo leve desarrollan demencia con una frecuencia del 10 por ciento al 15 por ciento por año, por lo que este tipo de pacientes deberían seguir un estrecho control médico.

Prevención

En los últimos años y debido a que no se conocen bien las causas de la enfermedad de Alzheimer, se ha puesto mucho énfasis en el diagnóstico temprano de la enfermedad más que en el tratamiento preventivo o para retrasar la enfermedad.

Comportamientos

Aunque no existen evidencias sólidas de que algún cambio de estilo de vida pueda prevenir esta enfermedad, muchos estudios científicos muestran que determinados comportamientos pueden ayudar a proteger contra el deterioro mental.