Lunes 06 de Mayo de 2024

En el abandono anciano enfermo

Ubaldo desocupó su cuarto para dejarse morir en la calle; DIF investiga el caso

Miguel Barragán

[Huasteca Hoy]

Tres versiones de un abandono y un viejito al que ni sus hijos quieren, es el drama de Ubaldo, quien a sus 79 años de edad, está solo y al parecer, sin más ganas de vivir.

El caso comenzó cuando Fernando León, otrora dirigente de una organización social advirtió que Ubaldo Antonio Dolores, de 79 años de edad, había sido desalojado del cuarto que rentaba, porque no podía pagar la renta y se encontraba no sólo en una situación económica paupérrima sino que además en un estado lamentable pues sufre una discapacidad que le impide moverse con normalidad.

El caso conmovió a muchas personas en las redes sociales y a partir de su publicación en los espacios digitales, la presidente del DIF y la directora de la misma instancia en Valles ordenaron al departamento Jurídico, a cargo de Faustino Solano, que se dedicara a conocer la situación y que se le ayudara al hombre en lo que se pudiera.

Lamentablemente, ni una sobrina que tiene en Tancanhuitz, ni sus hijos, repartidos en los municipios de Valles, San Luis Potosí capital y Monterrey, Nuevo León, han dicho que desean ayudar al anciano caído en desgracia.

“Yo no lo corrí”

Socorro Páez de la Rosa es la rentera a la que los usuarios del Facebook han inmolado inclementemente cuando se enteraron de que presuntamente había desalojado al viejo de su cuarto, aunque ella niega todo.

De hecho, Socorro fue al DIF ayer a entregar los papeles de Ubaldo Antonio al DIF para que se le diera el seguimiento al caso del señor y que sus familiares vieran por él.

Ella dijo que hace como un mes, dejó de ver al señor, a quien, por cierto, sí le renta un cuarto a 500 pesos al mes. El espacio se ubica en la calle Reforma 230, de la colonia Cuauhtémoc. El hombre que se sostenía de la venta de jugos, simplemente dejó de asistir al cuarto, señaló la mujer.

Socorro asegura que siempre veía por el viejo e incluso le acercaba comida cuando podía, además de proporcionarle alguna ayuda que necesitara. Después de varios días de no verlo, pidió que le ayudaran a localizarlo y unas vecinas la llevaron hasta la parte posterior del Banco Bancomer, en donde ha estado Ubaldo, acomodado bajo una lona de plástico que lo guarece de la intemperie.

Dice que le llevó una sopa, galletas y otros alimentos y que el anciano le había relatado que ya no le importaba nada, que iba a dejar que se perdiera su apoyo del programa “65 y Más” y que estaba pagando por las cosas malas que había hecho en el pasado. “El señor sufre de mucha depresión”.

Socorro mencionó que las pertenencias del hombre siguen en su cuarto y que esperará a que se las requieran. Asegura que ella nunca tuvo problemas con él, porque era un excelente vecino y un inquilino modelo que pagaba los servicios a tiempo, aunque sólo tenía temporadas de alcoholismo que lo afectaban seriamente.

Los hijos no quieren ayudarlo…pero los van a obligar

Faustino Solano, titular del departamento Jurídico del DIF, dijo que el caso ya se está investigando y que el DIF incluso consiguió que pronto se le entregue una silla de ruedas.

Sin embargo, reconoció que se han topado con la actitud voluble de una sobrina nieta del señor quien, el pasado martes dijo que sí acogería —en Tancanhuitz— al hombre en desgracia. Pero ayer comentó que lo mejor sería que se encargaran sus hijos de él, además de que aseguró que no había sido un hombre bueno en su vida.

Solano considera que nadie puede juzgar a un anciano que necesita ayuda por sus faltas del pasado y que la ley obliga a sus hijos a ayudarle. Sin embargo, dos hijos del anciano hasta ahora localizados, uno de la capital potosina y otro de Monterrey, parecen no querer saber nada de Ubaldo. “Tendrán que hacerse cargo, porque así como es una obligación hacerse cargo de menores de edad, también es obligación hacerse cargo de los padres en la ancianidad”.

Dijo que no le constaba quién había actuado bien o mal con Ubaldo, pero que buscarán a alguien que le atienda, porque está viejo, enfermo y muy deprimido. De no quererlo atender, entonces el DIF haría lo conducente para proceder legalmente en contra de los hijos displicentes. Los hijos que olvidaron que tienen a su padre abandonado en Ciudad Valles.

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