Sábado 18 de Mayo de 2024

Javier Duarte, obsesivo, agresivo y con mal carácter

(El Universal)

XALAPA.- Durante el gobierno de Javier Duarte (2010-2016) eran un secreto a voces los episodios de depresión o agresividad del político veracruzano, sobre todo en las últimas semanas antes de su abrupta fuga. Se dice que cacheteó a un ex funcionario, arrojó su celular y se aisló del exterior en Casa Veracruz, la residencia oficial de los gobernadores.

A la distancia, cercanos ex colaboradores reconocen que tomaba antidepresivos, específicamente Tafil, un medicamento que contiene alprazolam, indicado en tratamiento de ansiedad y depresión, que ayuda a alcanzar un sueño reparador y continuo. No se trataba con algún sicólogo, aclaran.

La doctora María Sobeida Blázquez explica que el alprazolam puede generar adicción cuando hay un abuso del medicamento y causar efectos físicos “preocupantes”, como somnolencia y respuestas neurológicas lentas.

“El alprazolam se da en aquellas personas que tienen problemas de trastorno del sueño y ayuda en casos de ansiedad”, explica la académica del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana.

Para Jorge Luis Arellanez Hernández, especialista del Instituto de Investigaciones Sicológicas de la Universidad Veracruzana, cuando gobernaba Duarte era poco empático.

“Lo que se puede notar a través de su comportamiento es que no es una persona con mucha empatía y que él construye su propio contexto y su propia realidad, que no coincide con la del resto de las personas”, advierte.

Al oriundo del puerto de Veracruz se le atribuye un desvío de recursos superior a los 58 mil millones de pesos (35 mil millones de pesos de desvíos de fondos públicos federales y 23 mil millones estatales).

En su última aparición pública, en la audiencia informativa ante el Quinto Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Guatemala, se mostró “como un igual” ante la autoridad de ese país.

Él se coloca en una posición igual, no se percibe él como un ciudadano acusado de un delito (…) sus expresiones hablan de una despreocupación y que no está en una situación de amenaza”, resume.

TRAZO DUARTISTA

El experto en grafología, Salvador Díaz Reyna, delineó la personalidad de Javier Duarte Ochoa basado en dibujos que hacía el ex gobernador de Veracruz cuando tenía reuniones de gabinete.

El especialista, al describir los dibujos a los que EL UNIVERSAL tuvo acceso, indica que se puede ver una personalidad obsesiva-compulsiva, con un alto nivel de estrés, agresividad y mal carácter.

Líneas simétricas y figuras geométricas casi perfectas, remarcadas una y otra vez forman parte de los dibujos que realizaba el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, cuando se reunía con sus funcionarios.

En dos de las tres imágenes —que conservan colaboradores— se muestra una onda curva que pasa por todos los módulos que lo integran en un movimiento descendente.

Para un niño de seis años esas mismas estampas representan un dragón, un moño y unas mesas, pero para un perito criminalista “son movimientos parásitos”; es decir, movimientos repetitivos que no tienen una función concreta y que suelen ser rítmicos.

Lo que demuestran esos dibujos, afirma el especialista en grafología Salvador Díaz Reyna, es un alto nivel de estrés, agresividad y mal carácter en el individuo que los realiza, además de una personalidad obsesiva–compulsiva.

Su brusquedad se contraponía con el ánimo dicharachero y solidario que rayaba en lo dadivoso, recuerdan sus allegados.

Con sus más cercanos compartía largas veladas en restaurantes y a los lejanos les brindaba su apoyo para pagar la cuenta del hospital tras una larga enfermedad.

Con 43 años de edad y originario del puerto de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa tiene características “raras” de su personalidad y una realidad distorsionada, dijo el experto.

LA FIRMA

La firma del ex gobernador muestra a un hombre resentido, que quería dejar atrás el pasado, pero que mantenía presente la figura paterna. Los trazos de su rúbrica también exteriorizan una fachada infantil y hasta inocente, se indica.

“Él tenía unos aspectos hacia el área negativa de la firma… nos habla de una persona que cuida poco el dinero y es hedonista”, señala el grafólogo.