Miguel Barragán
[Huasteca Hoy]
Odorico es el viajero triste porque ha tenido que vivir lejos de su familia por los sueldos bajos que se ofrecen en Valles.
Ayer, a sus 42 años de edad, hacía una solicitud para trabajar en una de las empresas de una feria del empleo local.
Ha sido un trashumante por el afán de conseguir dinero suficiente para su mujer y sus dos hijos adolescentes.
Se llama Odorico Echeverría Castillo y vive en la ciudad donde se le pague buen sueldo, porque Valles es un lugar cruel que no quiere pagar más arriba del salario mínimo estipulado.
Ayer llenaba una solicitud de empleo, batallando contra la presbicia en la vista que ya le comenzó a moler en la cuarta década de su existencia.
De enero a marzo estuvo trabajando en una empresa de custodia de valores en la ciudad de Guadalajara, sin embargo en el tercer mes tuvo que viajar de nuevo a Valles, porque un hijo de él se enfermó y tuvo que apoyar en sus cuidados a su mujer.
Ahora tiene un empleo que le paga alrededor de 900 pesos a la semana, pero si quiere comer adecuadamente, dar estudio a sus hijos y cumplir con las necesidades apremiantes de su casa y la vida cotidiana, tiene que buscar una fuente de trabajo mejor remunerada.
Dijo que cada vez que está fuera de la ciudad, encuentra trabajos bien pagados y alcanza a mandar de 1 mil 300 a 1 mil 600 pesos por semana, cosa que nunca sucede aquí.
Estaba preocupado, porque a sus 42 años, sabe que cada vez es menor la probabilidad de ser contratado y advirtió que en decenas de ocasiones ha dejado solicitudes en esta ciudad y que todo se queda en el clásico: “luego te hablamos”.
