Miguel Barragán
[Huasteca Hoy]
“Me siento amenazado y perseguido”, dijo Guadalupe Arteaga, quien narró que lo persiguieron en una camioneta y que lo amagaron afuera de su casa, por eso ya trae una escolta.
El regidor estuvo reacio a afirmar que la Policía Municipal le había asignado un elemento como escolta personal, luego de que fue perseguido por una camioneta y en otra ocasión otra persona a la que no conoce le apuntó con el dedo índice, simulando traer una pistola, a las afueras de su casa.
Narró que hace un par de semanas, alrededor de las nueve de la mañana, luego de hacer unas diligencias en las oficinas de la empresa Vencedor, subió a su coche y se dio cuenta que unos desconocidos lo seguían en una camioneta. Después de rodear por varias calles para corroborar que andaban tras de él, se enfiló a la Presidencia Municipal.
Una vez en la sede del Gobierno, Guadalupe pidió hablar con el Presidente Municipal, quien escuchó con atención el relato, que después aderezó con lo que había ocurrido afuera de su vivienda, donde un hombre joven delgado, dentro de un carro, le apuntó con su índice, a manera de amenaza.
Ante esa situación, el munícipe mandó por el director de Seguridad Pública Municipal, a quien le dio la orden de asignar un elemento para la seguridad de Lupe Arteaga, persona que lo acompaña a donde va, desde hace casi dos semanas.
El regidor no sabe si el haber sido expuesto en un diario como violador o sus enemistades perredistas son las que lo hacen sentir amenazado, pero por eso anda resguardado.
