Viernes 17 de Mayo de 2024

La paz en México

Por Porfirio M. López.

En México no se vive en paz, al contrario el país se ha deteriorado, ha incrementado su nivel de violencia y la tasa de homicidios es elevada en diversas entidades federativas donde existen zonas que en la práctica parecen regiones de guerra, ello lo revela el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), organismo que publicó la cuarta edición del Índice de Paz México 2017.

El IEP con oficinas en Sidney, Bruselas, Nueva York y La Haya es un think thank que mide anualmente el Índice de Paz Global en países como Estados Unidos o Reino Unido, es considerado el parámetro más influyente en el mundo que se publica desde el año 2007, sus resultados y metodologías han sido retomados por diversos países, para implementar políticas públicas en torno a la paz.

Los indicadores con los cuales mide la paz el IEP son cinco: homicidio, delitos con violencia, delitos con arma de fuego, presos sin condena y delincuencia organizada. En todos ellos a pesar de que México ha implementado reformas como el Nuevo Sistema de Justicia Penal, e invertido millones de pesos en desarrollo profesional de cuerpos policíacos, no se observan resultados, sino al contrario una degradación de la confianza en la procuración de justicia en diversas entidades federativas.

Los datos aportados por el IEP, indican que la paz en México se deterioró 4.3 por ciento en 2016 en comparación con el año 2015, la tasa de homicidios aumentó 18.4 por ciento, 61 por ciento de ese delito se cometió con un arma de fuego, el impacto económico de la violencia fue de 3.07 billones de pesos en 2016, cifra que equivale a cerca del 18 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) o a 25, 130 pesos por persona.

Respecto a las entidades federativas, hoy tenemos más estados violentos que en el pasado. La lista la encabeza Guerrero por cuarto año consecutivo, después están Colima, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur con tasas de homicidios crecientes. El informe destaca el caso de Colima, cuya tasa de homicidio en 2016 fue tres veces más alta que en el año 2011.

Uno de los muchos problemas que encontró el IEP en México, es el escaso trabajo con las bases de datos. Cuatro entidades se mantuvieron registrando que no se cometió ningún asalto con arma de fuego: Baja California, Morelos, Sonora y Tabasco. Dicha problemática es parte de una asignatura pendiente en los gobiernos locales, donde el desarrollo profesional y la confianza en la policía es un desafío para que no terminen los cuerpos de seguridad cooptados por integrantes de la delincuencia organizada.

Otro elemento en contra de la paz en México es la elevada tasa de impunidad que priva en diversas regiones nacionales. El IEP revela que apenas el 9 por ciento de los delitos que se cometen en México son castigados. Y para profundizar en el tema, el informe destaca la situación del sistema judicial mexicano. La tasa media de funcionarios de dicho sistema es de 3.5 por cien mil habitantes, cerca de cuatro veces menos que la media en el mundo.

Lo ilógico del sistema judicial y de nuestro problema de impunidad es la cantidad de recursos asignados, el gasto del sistema aumentó 41 por ciento del año 2011 a 2016 a 213,000 millones de pesos. Un gasto excesivo si se toma en cuenta que la tasa de delitos con violencia, los crímenes de la delincuencia organizada volvieron a niveles del año 2011 y el número de presos sin condena es un indicador que no ha mejorado desde el mismo año.

Los pilares más débiles para procurar la paz en México son el buen funcionamiento del gobierno y bajos niveles de corrupción, pero eso todavía no llega porque sólo 5 por ciento de los mexicanos cree que los delincuentes son castigados por sus actos, los empresarios identifican la inseguridad y la delincuencia como su principal preocupación, por encima de los impuestos y porque los policías de tránsito y municipales se perciben como las autoridades menos confiables y las más corruptas.

Como se puede notar, México ha hecho de todo para procurar la paz, pero la corrupción, la impunidad y la escasa confianza en la autoridad en los tres niveles de Gobierno juegan en contra de todo esfuerzo. Con esa imagen internacional tan adversa y con tasas de homicidio tan altas, lo único seguro es que de aquí al fin de sexenio la paz en México se mantenga como un anhelo y como una retórica hueca para quienes se presenten como candidatos presidenciales.