(Agencias)
Puebla.- Entre la falta de contundencia de Lobos y el terrible trabajo arbitral del central Alejandro Funk Villafañe, Dorados salió con el mínimo daño de la cancha del Estadio Olímpico de la BUAP, al caer 0-1 en su visita a Puebla, en la Ida de la final por el Ascenso a la Liga MX.
Al juez se le fue el partido de las manos apenas iniciado el segundo tiempo, luego de no marcar un claro penal sobre Amaury Escoto. El atacante licántropo perdió los estribos y entre sus reclamos, se encaró con el guardameta Gaspar Servio, mismo que dramatizó un contacto de cabezas con el delantero, al caer al piso y retorcerse en el césped.
El asistente consideró que eso era una agresión y se lo comunicó a Funk Villafañe, quien no dudó en sacarle la roja. A partir de ahí, la Ida de la final cambió su curso para siempre y el árbitro se convirtió, para mal, en el protagonista del encuentro.
Si Dorados está más vivo que nunca en busca del Máximo Circuito, también fue culpa de los propios Lobos, porque en el primer tiempo, el equipo dirigido por Rafael Puente Jr. se cansó de fallar, antes y después del único gol del partido que anotó precisamente Amaury Escoto, a los 23 minutos, luego de un gran centro de Orlando Rincón desde la parcela derecha.
En tanto, Dorados presentó una propuesta conservadora, tímida al ataque y aunque sí tuvo sus oportunidades, la escuadra de Gabriel Caballero se dedicó más a defender los embates de Lobos que a intentar empatar, aunque el jugar con un hombre más en el segundo tiempo, le ayudó para adelantar líneas y preocupar a la defensa del rival.
Así, Lobos sacó un triunfo que le sabe a poco porque pudo haber incluso concretado la serie desde la ida, además de sentirse robado por el arbitraje, mientras que Dorados salió semi ileso y con un buen escenario para lograr el boleto en casa y consumar su regreso al Máximo Circuito el próximo sábado en Culiacán.