Lunes 29 de Abril de 2024

AVANZA LA BEATIFICACIÓN DE LOS PADRES DE BALMORI

El actual obispo de Valles, confía en que puedan constatar los milagros, para que se les declaren santos

Verónica Galván

[Huasteca Hoy]

Buenos avances lleva el proceso de beatificación de los padres del obispo de la Diócesis de Valles, Roberto Octavio Balmori Cinta, Eugenio Balmori Martínez y Marina Francisca Cinta.

En la Diócesis de Coatzacoalcos, Veracruz, hay un equipo diocesano y un comité de laicos que están promoviendo, y hay nuevos testigos, personas que los conocieron, que no habían dado su testimonio, los han entrevistado para dar a conocer la historia de cómo y cuándo los conocieron.

Se han estado haciendo la revisión de sus artículos y sus cartas, los artículos que escribía Eugenio Balmori y los poemas que escribía Marina Cinta, quienes fueron muy allegados a la Iglesia católica; él contribuyó a la construcción del templo ahora catedral

de San José en Coatzacoalcos Veracruz, entre muchas acciones como la instrucción religiosa a niños, adultos, visitas a los presos, enfermos y muchas otras obras.

Ella dedicó gran parte de su vida a la catequesis y a ayudar física y espiritualmente a todo aquel que se acercara a su casa en busca de ayuda.

“A mi mamá le gustaba mucho la poesía y se expresaba por medio de ella y de las cartas que le enviaba a mi padre; ella se inspiraba en Dios, en Jesús, en la Virgen de Guadalupe y por supuesto en su novio y esposo después (Eugenio Balmori), mi padre”. Se casaron el 11 de noviembre de 1937, a los cinco años de matrimonio en 1942 ella le dedica un poema para agradecerle ese tiempo juntos y para expresarle su amor.

“A mi abuela, su madre, que también se llamaba Marina le escribió también poemas, hay uno que dice, ‘cuando me miras tú madre querida, se vuelve dulce mi doliente pena, porque en tus ojos llevas escondida la sublime caricia de ser buena’”.

EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN

“Es un proceso largo para beatificarlos, no sé hasta cuándo será posible, pero se requiere de mucha oración, de testimonios de las personas que los conocieron y del trabajo de investigación y promoción. Porque se da a conocer la causa, la biografía y los suscritos del porqué la Iglesia quiere promoverlos como santos.

“Hay que pedirle mucho a Dios una gracia por intercesión de ellos y si la concede hay que comunicarla, porque para que exista la beatificación se requiere un milagro”.

A la fecha ya hay algunos indicios de verdaderos milagros, pero hay que hacer la investigación, llamar a testigos, por ejemplo si es una curación de una enfermedad, hay que llamar a los médicos que atendieron el caso, porque solamente en un milagro que no tenga una explicación natural será tomado en cuenta y hay que hacer muchas investigaciones para probar que sea algo inexplicable verdaderamente.

El hecho de que sus padres hayan sido muy apegados a la Iglesia y mucho antes de que se pensara en la beatificación de sus padres, Roberto Octavio Balmori (actual obispo de la Diócesis Valles), dijo que él ya había pensado en optar por el camino de la vida religiosa, “yo sentía ese deseo de la vocación, todos mis hermanos crecimos bajo el cuidado de mi mamá, ella nos guió y trabajó para sacarnos adelante, para darnos estudio y darnos educación cristiana”.

SU VIDA

Ella trabajaba en las tiendas CEIMSA, ahora Conasupo, ella tenía a su cargo una tienda, la surtían y ella tenía que dar cuenta de lo que vendían y así fue como nos sacó adelante, trabajando 20 años.

Su padre quien nació en el año 1900, murió a los 45 años de edad, en 1946, poco antes de cumplir los 46 años, ella quedó viuda a los 46 años y al cumplir sus bodas de oro en 1987 también le escribió un poema. Ella murió en 1988.

“Hay que pedirle a Dios que haya elementos válidos para la causa; la Iglesia tiene que juzgar que todos los datos de la causa estén en orden, lo que escribieron, lo que vivieron”.

En diciembre de este 2017 ya se cumplen 20 años de investigación para beatificarlos, “yo espero ver realizado este sueño y le pido a los feligreses que hagan oración, la beatificación es para gloria de Dios, es una bendición para la familia, son un ejemplo para otras familias; ellos se amaban y se respetaban, cosa que en la actualidad se ha perdido entre muchas parejas, pues entre mis padres tan sólo son 180 cartas las que existen de cuando eran novios”.