Viernes 10 de Mayo de 2024

No todo está bien, ni todo está mal: la visión gubernamental

Porfirio M. López.

El presidente Enrique Peña Nieto en su reunión con los gobernadores del país, comentó que en el país no todo está bien ni todo está mal y efectivamente tiene razón y parte de esa apreciación se debe en mucho a su labor como primer mandatario y su ejercicio gubernamental. El mensaje presidencial se realizó en el foro de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).

No existen bondades, ni existen maldades sino un amplio espectro de incertidumbre entre los ciudadanos, que no ven logros significativos del gobierno federal, del gobierno estatal y del gobierno local. Al contrario existe insatisfacción por la falta de eficacia de las reformas que anunció en el inicio de su gobierno y existe alarma por el aumento de delitos en ciudades y municipios donde ni la gendarmería nacional, ni la estrategia nacional de seguridad pública han rendido resultados.

En torno a la figura presidencial, se condensa la sensación de hartazgo que tienen amplias capas ciudadanas por las formas y el estilo personal de gobernar del mexiquense y su grupo compacto, por eso cuando el presidente Peña intenta presumir logros de su gestión, existe incredulidad y por consecuencia la popularidad de la figura presidencial tiene las tasas más bajas y así se mantendrá de aquí a que concluya su gestión.

De igual forma, en torno a las figuras del gobernador y del presidente municipal existe la misma sensación ciudadana, debido a la falta de obra pública o la mala calidad de la misma, pasando por la falta de rendición de cuentas, opacidad en torno a las cuentas públicas y que termina con altos indicadores de corrupción gubernamental, alimentada por altas dosis de impunidad cuando se trata de aplicación de la justicia.

No todo está bien, ni todo está mal como dijo el presidente de la República, porque el crecimiento económico nacional sigue siendo pírrico para procurar bienestar social y la generación de empleos para las nuevas generaciones, es una agenda pendiente a pesar de que el gobierno del mexiquense presumiera la reforma energética y la creación de zonas económicas especiales en entidades marginadas del desarrollo industrial, donde al día de hoy siguen habitando las familias más pobres del país.

El Gobierno Federal no ha entendido en los años que lleva el regreso del PRI a Los Pinos, que la sociedad mexicana ha cambiado y que cuando el presidente Peña presume logros, nadie los entiende, ni los comprende. Lo mismo pasa en las entidades y los municipios donde gobernadores y presidentes municipales en sus actos públicos presentan acciones gubernamentales, forman sus grupos de poder compactos y disfrutan de las bondades del poder público, muy distantes de la ciudadanía.

No todo está bien, ni todo está mal porque la voracidad y rapacidad de quienes gobiernen no tiene límites. Desde el presidente de la República hasta el Presidente Municipal que gobierna el espacio local menos poblado tiene acusaciones de corrupción, de conflicto de interés, de violaciones a los derechos humanos, de pertenecer a grupos criminales, de operar redes de lavado de dinero, de desviar recursos públicos etiquetados y de manejar el poder en beneficio personal y familiar.

No todo está bien, ni todo está mal le dijo el Presidente a los gobernadores del país, los cuales la mayoría enfrenta acusaciones de realizar actos ilícitos o ser omisos en su ejercicio de poder público  y que además controlan congresos estatales y tienen maniatados a sus presidentes municipales. Como ejemplo están Tamaulipas, Morelos, Veracruz, Nayarit, Puebla, Distrito Federal, Sinaloa, Quintana Roo, Michoacán y Guerrero donde la violencia criminal ha aumentado en las últimas semanas.

En el país seguirá en los próximos años esa espiral, ni todo estará bien, ni todo estará mal, porque estamos en una encrucijada política y económica, el país no tiene las condiciones para presumir bonanza en términos políticos y económicos, porque la clase política y empresarial es impresentable, debido a los diversos actos de corrupción evidenciados en los últimos cinco años y que se mantienen impunes, porque las figuras de poder público llámese presidente de la República, gobernador, senador, diputado federal o local y presidente municipal tienen escasa o nula representación  y porque las reformas que iban a mover a México  hacia la prosperidad fueron una mala broma.