Sábado 27 de Abril de 2024

El drama del alcohol

La historia de una mujer divorciada, que estuvo a punto de perder su familia

Verónica Galván

[Huasteca Hoy]

CIUDAD VALLES. “Mujeres también enfrentan problemas de alcoholismo, pero pueden salir adelante, no debe haber pretextos para beber, pero hay que tener mucha voluntad porque la depresión es traicionera y muchas personas llegan al suicidio y a perderse en el vicio”.

El personaje de esta historia no pudo darnos su nombre precisamente porque es integrante de un grupo de Alcohólicos Anónimos (AA), quien relató que ella -salió de su alcoholismo gracias a un amigo.

“Luego de que mi esposo me dejó y me estaba divorciando sentía que la vida era un infierno y que la bebida era mi escape, sentí que sólo era un banco de alimentos de mi familia (sostén) y casi me pierdo en el alcohol, hasta que toqué fondo con el alcohol, pero finalmente encontré un motivo para vivir”.

Señaló que mientras pasaba por los problemas de su divorcio y problemas de salud de un familiar, beber una copa en alguna reunión familiar, fiesta, parrillada, bautizo o la que fuera era un buen pretexto para embriagarse y olvidar sus penas.

Además de la crisis económica por la que atravesaba, por poco perdía a su familia por la desintegración familiar que hubo tras el abandono de su esposo, “total yo me iba a fiestas con mis amigas, pero no pensé que esto fuera un problema, bebí desde muy joven que lo veía normal, en mi casa siempre hubo alcohol mi padre era un bebedor”.

“Trabajaba, atendía a mis hijas para adaptarme a la situación, pero me sumí en la depresión y no encontraba nada que me motivara, por eso tomaba casi a diario, sólo sabía que tenía que mantener a mis hijas y sacar adelante a mi familia y así me levantaba cruda, me echaba un baño y de nuevo a trabajar”.

“Luego de varios problemas que enfrenté por sentir que sólo era quien mantenía económicamente mi hogar y a mis hijas, un buen amigo me invitó en mayo de 2013 a un grupo de Alcohólicos Anónimos, pero al principio me daba pena, hasta esperaba que el taxi que me llevara a las reuniones se alejara para que no vieran a dónde iba”.

“Estaba confundida, pero empezar a acudir a las pláticas AA me sentí muy bien y me gustó y regresé, al principio no aceptaba que era alcohólica, pero después de 8 meses lo superé y ya son 7 años de que dejé de tomar y de aceptar mi alcoholismo”.

“La parte más bonita de la historia es que aprendí que hay un lugar donde se deja de sufrir y aprendes a asimilar los problemas que tenías en tu vida y encontrar un motivo para ser feliz, simplemente porque estás viva, hoy puedo decir que no cambio una fiesta, una parrillada o una copa de vino por estar en una plática de Alcohólicos Anónimos y para ayudar a quien lo necesite”, finalizó la mujer.

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