Viernes 26 de Abril de 2024

Registran a Timotea luego de 81 años

Miguel Barragán [Huasteca Hoy] Doña Timotea empezó a existir legalmente hasta los 81 años de edad, porque nunca había sido registrada, nunca se casó, no tuvo hijos y sus padres murieron hace una eternidad. La gente de Valles supo de ella porque el año pasado tuvo un pequeño accidente que la dio a conocer como […]

Miguel Barragán

[Huasteca Hoy]

Doña Timotea empezó a existir legalmente hasta los 81 años de edad, porque nunca había sido registrada, nunca se casó, no tuvo hijos y sus padres murieron hace una eternidad. La gente de Valles supo de ella porque el año pasado tuvo un pequeño accidente que la dio a conocer como una de las personas más solitarias del mundo.

Probablemente, el pasado 14 de febrero algún lector escuchó a alguien quejarse de sentirse solo o de ser una persona triste por no tener pareja. No estaría mal que le muestre esta nota, en la que Timotea Salazar Balderas no sólo ha sido la persona más solitaria y triste que haya atendido el DIF, sino que no existió durante más de 80 años, porque jamás había tenido registro de nada, ni de nacimiento, ni de domicilio, ni de nada.

No son comunes estos casos, pero suelen aparecer de vez en cuando por obra de la casualidad. Timotea probablemente sería una entidad inexistente para la ley y para la economía si no se hubiera caído en su propia casa, en octubre pasado, abriéndose la piel y provocando la alarma entre sus vecinos.

La señora duerme en un cuartucho del que no se va a salir nunca, por decisión propia y aunque varias personas le quisieron ayudar para que se salga de ahí y vaya a un lugar más digno, a ella le da igual, piensa morir donde ha vivido por décadas, en la calle Encino, de la colonia Guadalupe, en Valles.

El golpe de suerte

Por debilidades propias de la edad, doña Timotea se cayó en el predio donde vive. Se descalabró y se raspó en varias partes. La copiosa sangre provocó un escándalo entre los vecinos que llamaron a la Cruz Roja y hasta la prensa fue a dar allá. La contusión no era grave, lo que atribuló más a los paramédicos y a los reporteros era la pobreza extrema en la que vivía la mujer y su obvia soledad.

El SMDIF, a través de Martha Yaneth Mezo Hernández comenzó a indagar en la vida de la anciana y los datos que obtuvieron en octubre pasado fueron que la mujer recordaba haber nacido en 1936, o sea, que el año pasado tenía 81 años y que había tenido una pareja, pero que no habían tenido hijos y, luego de un tiempo, el alcohol pendenciero los había separado definitivamente. Luego murieron sus padres y siguió viviendo en la pocilga de la calle Encino, escuchando los ruidos de la calle, de los vecinos y de sus pensamientos.

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