Miercoles 11 de Septiembre de 2024

Rusia organizará un buen Mundial: Gianni Infantino

[AP]

SAN PETERSBURGO, Rusia.- Tranquilo, mundo del fútbol. Todo apunta a que Rusia organizará un buen Mundial.

Si la Copa Confederaciones que concluyó el domingo el triunfo de Alemania en la final contra Chile sirve como un ensayo general para la Copa del Mundo, el país anfitrión va bien encaminado para el campeonato que albergará el próximo año.

Por supuesto, no es lo mismo una Confederaciones con ocho equipos y cuatro ciudades, que un torneo con 32 selecciones y 11 ciudades diseminadas por el vasto territorio ruso, desde Ekaterimburgo en la región de los Urales, hasta Kaliningrado, a 2.500 kilómetros de distancia y separada del resto del territorio ruso por Lituania y Bielorrusia.

Moscú, San Petersburgo, Sochi y Kazán escenificaron 16 partidos entre el 17 de junio y el 2 de julio sin problemas de organización o seguridad. Como medida para evitar incidentes con hinchas violentos, todos los fanáticos que compraron boletos tuvieron que registrarse ante las autoridades rusas, que les emitieron identificaciones especiales como las que se utilizarán el próximo año.

“La organización del campeonato ha sido súper buena, la seguridad también ha sido súper bien, han querido dar un ejemplo”, opinó Set Muñoz, un fanático chileno de 28 años que recorría con su amigo Rodrigo Moya el centro de San Petersburgo antes de la final, ambos cargando banderas de Chile.

Mientras varios rusos se les acercaban para pedirles fotos, Muñoz y Moya coincidieron en dos quejas: algunos atrasos en los vuelos y la dificultad con el idioma. Incluso en metrópolis como Moscú y San Petersburgo, la mayoría de los rusos no habla inglés y mucho menos español, e incluso casi todas las señalizaciones de la transportación pública están escritas en el alfabeto cirílico.

“A pesar que la gente rusa es súper amable, a veces no nos podemos comunicar”, señaló Muñoz.

La transportación podría ser un problema mayor en 2018, cuando decenas de miles de fanáticos de todo el mundo se trasladen de sede en sede para seguir a sus respectivas selecciones, y pongan a prueba aeropuertos regionales o líneas de tren que no suelen tener semejante flujo de viajeros.

Los 12 estadios están listos o a punto de ser terminados, incluyendo el Luzhniki de Moscú que está en la recta final de sus obras de remodelación para albergar el partido inaugural y la final.

Quizás el mayor reto serán las sedes de concentración de las selecciones, que en muchos casos estarán ubicadas en ciudades más pequeñas a cientos de kilómetros de las sedes de los partidos.

“Habíamos escuchado sobre violencia, sobre incidentes, hooligans, racismo, pero no tuvimos nada de eso”, afirmó Infantino.