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CRACOVIA, Polonia.- Alemania conquistó su segundo Europeo, mostrando su altísimo nivel competitivo en una final en la que anuló las virtudes de España, que solo chutó en una ocasión a puerta, tuvo a sus líderes desaparecidos y fue incapaz de reaccionar al gol de Weiser a cinco minutos del descanso.
España no entró bien en la final y firmó el peor partido de todo el Europeo. Ante Portugal e Italia sufrió pero se levantó con fuerza al ritmo del gol. Contra Alemania fue superada en todas las facetas, con un excesivo respeto a las virtudes del rival. Atenazados, con líneas retrasadas que imposibilitaban exhibir su fútbol.
Los alemanes, que habían eliminado a Inglaterra en las semifinales por la vía de los tiros penales, se hicieron de su segundo título en esta categoría, luego de coronarse en 2009.
España buscaba su quinto trofeo europeo luego de eliminar 3-1 en semifinales a Italia -el equipo más exitoso de la categoría con cinco cetros continentales-.
El momento decisivo de la final llegó cinco minutos antes del entretiempo, cuando Weiser remató de cabeza tras un centro de Jeremy Toljan desde la banda derecha.
Fue un gol merecido para Alemania, que dominó el primer tiempo. Pese a carecer de su delantero titular Davie Selke, Alemania fue la selección más peligrosa, con aproximaciones de Max Meyer y Serge Gnabry.
España mejoró en el complemento, pero la defensiva alemana soportó estoica.
Saúl Ñíguez, el mejor artillero del certamen con cinco goles, incluidos tres contra Italia, obligó a que el arquero alemán Julian Pollersbeck se zambullera para desviar un tiro de larga distancia a los 58 minutos.
Pero por lo demás, el ataque español fue anulado.