Jueves 28 de Marzo de 2024

Bitácora

LA fase 3 de la contingencia del Coronavirus (Covid-19) en México fue declarada como iniciada en México y, por supuesto en los 32 estados de la República mexicana por el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud Federal, Hugo López-Gatell, este martes 21 de abril de 2020 y esta […]

LA fase 3 de la contingencia del Coronavirus (Covid-19) en México fue declarada como iniciada en México y, por supuesto en los 32 estados de la República mexicana por el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud Federal, Hugo López-Gatell, este martes 21 de abril de 2020 y esta declaratoria responde al fenómeno que se ha estado viviendo en todo el territorio nacional, en donde se han registrado más y más contagios en todas las entidades, ofreciendo las estadísticas el panorama oscuro de que en cualquier momento la cantidad de infectados podría incrementarse de manera dramática, así como el número de fallecidos.

 

COMO muchos especialistas en medicina y epidemiología lo han asegurado, en realidad el ser humano nunca había estado preparado antes para arrostrar una pandemia, porque la última de gran envergadura, la de 1918, que fue dada en llamarse “fiebre española”, fue una hecatombe viral, ya que los servicios de salud eran tan primitivos y tan carentes de herramientas comunicacionales que era prácticamente contener los contagios mediante recomendaciones.

 

LA fase tres nos demuestra que además de animales sociales y gregarios, los seres humanos han estado inmersos en sistemas políticos que han mentido tanto que se descree de ellos y, cuando sus ministerios de salud recomiendan algo, una gran parte de la ciudadanía no hace caso de las sugerencias.

 

PERO lo peor de todo es corroborar que los sistemas de salud de países como México, que no termina de ser una economía emergente y de potencias mundiales están igual de endebles, porque el modelo Neoliberal (esto no tiene nada que ver con el discurso manido del presidente) era exponenciar el negocio dentro del campo de la medicina y sacar el mayor provecho posible para juntas directivas y marcas médicas, sin tomar en cuenta que mucha de la inversión estatal se iba en negocios multimillonarios de gobiernos de todo el mundo, mientras se debilitaban sin freno los sectores de salud, al grado de tener déficits de

médico-pacientes que imposibilitan la atención.

 

LA incredulidad de los ciudadanos y los servicios de salud débiles por la falta de inversión real en el ramo podrían ser la bomba de tiempo de falta de atención dentro de los nosocomios mexicanos, porque se pueden tener seis mil camas disponibles en todo el país pero no se puede saber de qué tamaño y bajo qué circunstancias se infectarán en una fiesta, en un día de compras o en un paseo los próximos ciudadanos, ni tampoco la cadena de contagios que se generará por la imprudencia de los descreídos y de los que todavía opinan sobre planes de dominación mundial de los chinos (no es broma esto).

 

LA fase tres tuvo que comenzar ya y es la última oportunidad para ver qué resistencia tiene el sector salud en México, además de qué tanto aguantará la sociedad mexicana que, en una mitad puede permanecer en casa, aunque la otra mitad tenga que salir a ganarse el pan, porque no hay de otra, porque México podrá tener muchos avances, pero uno de cada dos mexicanos es pobre y los problemas de salud siempre comienzan con las deficiencias básicas.

 

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