Jueves 25 de Abril de 2024

Alejandro Fernández ofrece concierto en el Auditorio Nacional

El Universal Alejandro Fernández no necesita cantar ritmos urbanos o rock para ser un auténtico rockstar, lo único que requiere es un traje de mariachi, su voz y claro, la galanura que miles de fanáticas le externan cada que se planta en un escenario. Para la mayoría de las mujeres que se alistaron este viernes […]

El Universal

Alejandro Fernández no necesita cantar ritmos urbanos o rock para ser un auténtico rockstar, lo único que requiere es un traje de mariachi, su voz y claro, la galanura que miles de fanáticas le externan cada que se planta en un escenario.

Para la mayoría de las mujeres que se alistaron este viernes en el Auditorio Nacional, Alejandro representa muy bien aquel dicho de “que entre más grande, se pone mejor”, al menos eso era lo que se escuchaban entre las butacas del recinto, entre las amigas, las hermanas o las conocidas que juntas llegar para escuchar, pero también para deleitarse la pupila con su ídolo.

Desde que “El Potrillo” salió al escenario, alrededor de las 20:30 horas, los gritos, silbidos, piropos y dedicatorias subidas de tono, no cesaron, esa noche, Alex era el novio, marido y amante de todas las presentes y él se dejaba querer, sonreía, coqueteaba y se dejaba querer por ellas, se sabe deseado y él lo acepta.

Como fiel admirador de las mujeres, Fernández dejó muy en claro que a ellas no se les debe maltratar, mucho menos violentar por ello rechazó cualquier conducta agresiva hacia ellas ya que dijo “el amor y los besos deben ser la única agresión que puede existir hacia las mujeres”.

El motivo que llevó al cantante al Coloso de Reforma fue el único de su gira por su disco “Hecho en México”, título que no pudo haber sido mejor ya que durante las dos horas que duró su show todo fue un recorrido por sus temas más emblemáticos, aquellos que lo han posicionado como uno de los intérpretes de ranchero más importantes de las últimas décadas.

Alejandro no llegó sólo al entarimado, lo hizo en compañía de un ejército de mariachis, once en total, todos ellos vestidos impecablemente con el traje típico y a la orden de su líder, quien inició con el tema “Sin tantita pena”.

A este se le sumaron otros clásicos de su carrera como “Es la mujer”, “Estos celos” y “Me hace tanto bien” que fueron coreadas porras más de diez mil almas que ahí se aglomeraron.

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